Israel arrecia ataques a Gaza y mata con bombas a civiles palestinos

Los asesinatos de Israel contra palestinos no cesan. Este 5 de agosto, el régimen sionista arreció su arremetida contra la Franja de Gaza y lanzó un bombardeo aéreo a gran escala que, hasta ahora, ha dejado 10 personas fellecidas y 55 heridos. Entre los asesinados está una niña de cinco años de edad.

Aunque Tel Aviv insiste en que la intención es combatir enclaves de la Yihad Islámica Palestina (YIP) – considerados por Israel como “terroristas”- las bombas caen sobre zonas residenciales densamente como Al-Rimal, Al-Fakhari en Khan Yunis, la ciudad de Beit Lahia y Khan Yunis, reporta Telesur.

Varios medios señalan que también cayó muerto un comandante de la YIP, Tayseer al-Jaabari.

La arremetida también comprende disparo de cañones al norte y este de la franja, que, hasta ahora, no han causado bajas civiles.

Horas antes, el primer ministro israelí, Yair Lapid, había realizado un recorrido de “seguridad”; y, sin tomar en cuenta a la población civil palestina dijo: “la calidad de vida de los residentes del área adyacente a la Franja de Gaza es nuestra principal prioridad».

El desproporcional bombardeo se debe a que días atrás, la YIP anunció que tomaría medidas por la detención de unos de sus líderes, Bassam al-Saadi, por parte de Israel, lo que generó fuertes protestas de los palestinos.

La tensión continuó creciendo, y el pasado martes, el país hebreo cerró el cruce de Erez, dejando bloqueados a 14.000 habitantes de Gaza que tienen permiso para ingresar a Israel para trabajar.

Bajo la bota de Israel, Gaza se ha convertido en un campo de concentración a cielo abierto, que nada envidia a los de la Alemania nazi. Sus habitantes, de mayoría palestina, viven asediados por fuerzas israelíes, a quienes deben pedir permiso para salir a trabajar, así como autorizaciones para circular libremente.

A esta zona, los sionistas no permiten el paso de ayuda humanitaria, alimentos y medicinas, situación que ha generado una fuerte crisis humanitaria y que se agrava con el caer de las bombas de Israel.

Uno de los episodios más mortíferos ocurrió en 2014, cuando las fuerzas de ocupación activaron el Operación Margen Protector. Durante 51, los sionistas asesinaron a más de 2.200 muertos de los que el 70 % era población civil, entre los que se encontraban mujeres y niños.

El mismo escenario se repitió en mayo del año pasado. En aquella oportunidad, Israel mató a 243 personas en Gaza, con la excusa de combatir al “terrorismo”.

Con todo este prontuario, que se engorda cada año, Estados Unidos no ha desistido en otorgar la ayuda militar millonaria a su aliado Israel.

Como de costumbre, Washington entrega al régimen genocida cerca de 4.000 millones de dólares en armas, lo que ha convertido al ejército israelí en uno de las más mortíferos y mejores armados de Medio Oriente, que, además actúan impunemente.

Este exterminio prologando ha sido condenado, durante décadas, por la Organización de las Naciones Unidas, gobiernos y Estados, así como líderes, movimientos sociales y religiosos del mundo, incluso voceros de la comunidad judía internacional.

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