Pretensión imperial de EEUU acelera desdolarización en el mundo

En su afán de ejercer su rol de policía del mundo, a Estados Unidos (EEUU) se le está revirtiendo los efectos de las medidas coercitivas que aplica con fines políticos sobre países soberanos, como Venezuela, Rusia, Irán, China y Cuba.

Una de las consecuencias, además de la inflación y aislamiento internacional, es la inminente desdolarización de las economías internas y en las balanzas de pagos entre dos o más naciones.

El cenit de este proceso comenzó a verse a partir del 28 de febrero del 2022, a pocos días de haberse iniciado el operativo contra la nazificación emprendido por Rusia. Ese día, EEUU “sancionó” al país euroasiático con la prohibición a las entidades estadounidenses de cualquier operación con el Banco Central de Rusia (BCR).

De igual forma, EEUU congeló todos los activos rusos en dólares, lo que le impidió al BCR acceder a sus reservas en esa moneda depositadas en varias partes del mundo. También le impidió a cualquier institución financiera o empresa estadounidense hacer transacciones u operaciones con el BCR. Además, Washington, junto a sus aliados de la Unión Europea (UE), logró expulsar a Rusia de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT), con lo que aisló el sistema bancario de la nación eslava con el mal llamado “occidente”.

A partir de entonces, el mapa financiero internacional comenzó a tomar otra forma, y se acrecentaron los comercios internacionales entre Rusia y otras naciones en monedas no tradicionales, especialmente con el Sur Global.

El primer pacto comercial – en otra moneda distinta al dólar- lo concretó Arabia Saudí, al aceptar yuanes como forma de pago por venta de petróleo a China.

Los saudíes también están estudiando la posibilidad de entablar acuerdos a futuro con China en yaunes en materia de crudo. A esto se le añade la balanza de pago con rublos y rupias entre China y la India, así como relaciones comerciales en monedas locales entre Moscú, Teherán y Beijing.

Brasil, asimismo, evalúa usar el sistema de pagos ruso MIR – que también adoptarán las bloqueadas Cuba y Venezuela – y Argentina anunció el pasado mes de abril la reactivación del sistema Swap con China para cancelar, en yuanes, las importaciones de la nación asiática.

“Es indudable que la imposición de sanciones económicas a Rusia empleadas por los gobiernos –prohibición de importaciones de energía; tope al precio del petróleo; confiscación de las reservas de divisas; cierre de los sistemas de liquidación bancaria internacional– ha acelerado el alejamiento del dólar y del euro”, considera el analista Alejandro Marcó del Pont en un artículo reciente.

El experto también asoma que otro factor que empujó a la desdolarización es la guerra comercial entre China y EEUU, acentuada por el expresidente Donald Trump; y el fortalecimiento del gigante asiático y del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que ya supera al PIB del G7 (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea).

Otro de las iniciativas que le quitan protagonismo al dólar y el dominio de “occidente” en la economía global, es la constitución de alternativas al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, como el Nuevo Banco de Desarrollo creado en 2015 con un capital semilla de 50.000 millones de dólares por las naciones de los BRICS.

“Todo esto podría crear una oportunidad para ciertos países que buscan reducir su dependencia de los sistemas de pago y marcos monetarios occidentales, ya sea por razones de preferencia política, dependencias financieras o por el uso de sanciones financieras en la última década. La evidencia apunta, incluidas las declaraciones oficiales, a que algunos países tienen la intención de aumentar el uso de alternativas a las principales monedas tradicionales para facturar el comercio internacional, como el yuan chino o la rupia india”, expresa Marcó del Pont.

Venezuela clave en la desdolarización

En este contexto mundial, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, sigue apostando a abandonar el dólar como moneda de reserva, y reafirmó que Venezuela – como país víctima de más de 900 medidas coercitivas unilaterales- apuesta a la aparición de nuevas divisas en el comercio internacional.

En su programa Con Maduro + emitido el 17 de mayo pasado, el mandatario aplaudió las iniciativas de Zimbawue al lanzar una criptomoneda respaldada en oro.

“Estamos empezando a vivir un proceso acelerado y sostenido de desdolarización del mundo comercial”, dijo Maduro, quien agregó: “son iniciativas que van surgiendo en el mundo del sur, que van marcando pauta”.

“Mientras el mundo sea más multipolar, mientras el mundo sea más pluricéntrico y avance más hacia el equilibrio aparecerá una canasta de monedas para el funcionamiento financiero, sobre todo por el uso político que hace EEUU del dólar”, añadió el Presidente al tiempo que condenó este tipo de instrumentalización de la divisa por parte del país norteamericano.

Celebró que los BRICS, en su próxima cumbre, abordarán la activación de una moneda en común, y pidió al gabinete económico a estrechar las alianzas con estos bloques emergentes, ya que Venezuela debe jugar un papel clave en el abandono del dólar. “Ese es nuestro camino, hacia una nueva economía en donde no se utilicen las divisas para castigar a los pueblos”, aseveró.

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