Racismo, la pesada herencia en el fútbol europeo

El racismo es uno de los males que la humanidad, en pleno siglo XXI, no ha podido erradicar. Afecta a todos los ámbitos de la vida humana, y los deportes no son una excepción. El caso más reciente, y que ha generado una fuerte ola de rechazo, ha sido el del futbolista y delantero del Real Madrid, Vinicius Jr.

Durante un juego contra el Valencia el pasado 21 de mayo, el jugador recibió insultos racistas que provenían de las barras, situación que fue denunciada por el propio deportista, lo que conllevó a la paralización del encuentro.

Este condenable hecho generó la detención de tres jóvenes, quienes posteriormente fueron puestos en libertad por la fiscalía española.

Esta no es la primera vez que el delantero del Real Madrid es víctima de este tipo de insultos. Constantemente- y previo y durante el partido del pasado domingo-, agrupaciones de fanáticos le gritaron al deportista brasileño “eres un mono”, con plena anuencia de las autoridades de La Liga, entrenadores, directores técnicos, árbitros y demás jugadores.

En el caso de Vinicius Jr los límites han sobrepasado a gritos e insultos verbales. Dos días después del partido, las autoridades de España arrestaron a cuatro personas por presuntamente haber colgado de un puente de Madrid a un muñeco con la camiseta de Vinicius Jr el pasado mes de enero.

El delantero ha condenado todos estos crímenes de odio, y ha denunciado ante La Liga y su presidente, Javier Tebas -muy vinculado al partido de extrema derecha Vox- y demás autoridades estos casos. Según él, la respuesta de la dirigencia del fútbol en España siempre ha sido la misma: “son casos aislados”.

“No, no son casos aislados. Son episodios continuos repartidos por varias ciudades de España (e incluso en un programa de televisión)”, alertó el jugador en un mensaje en Twitter, en el que advierte que “cada ronda fuera de casa es una sorpresa desagradable, y hubo muchos esta temporada. Deseos de muerte, muñeco ahorcado y muchos gritos criminales”.

En otro mensaje en la misma red digital, también apunta a La Liga y a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) como cómplices por su inacción.

“El racismo es normal en La Liga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan. Lo siento. El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy es de los racistas”.

No obstante, Vinicius Jr. asevera que luchará contra el racismo en cualquier escenario. “Soy fuerte y llegaré hasta el final contra los racistas. Aunque sea lejos de aquí (…) Eso no es fútbol, es inhumano”, expresó.

Racismo de vieja data

Lamentablemente, Vinicius Jr. no es el primero en ser víctima de este tipo de segregación, y al parecer no será el último caso que veremos.

Una investigación del 2006, del experto español Javier Durán González, doctor en sociología del deporte y presidente del Observatorio contra el Racismo y Violencia en el Deporte del país ibérico, refiere que el racismo, especialmente en el fútbol, se viene registrando desde hace muchos años en países europeos como Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, España, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Sin embargo, este tipo de segregación alcanzó su auge en las décadas de los años 1970, 1980 y 1990, cuando comenzaron a registrarse las primeras olas migratorias del siglo XX provenientes de África y Asia.

Aunque parecía que el racismo había sido eliminado del fútbol para principios del presente siglo, “recientes sucesos como la emisión de sonidos simiescos contra jugadores negros, cánticos anti-semitas e incluso la utilización de eslogan y símbolos racistas de la extrema derecha parecen mostrar lo contrario. España y Bélgica serían los países donde esta situación aparece como más alarmante”, indica Durán.

El analista también indica que aunque estos hechos sean reseñados por los grandes medios en olas de noticias, la preocupación que genera en los directivos del deporte es efímera. Es una “preocupación puntual y un tanto superficial”.

“Con excesiva frecuencia se adoptan medidas muy espectaculares, dirigidas fundamentalmente a los medios de comunicación con la finalidad de transmitir la idea de que el asunto está bajo control, pero que en realidad no responden a medidas realmente eficaces. Tampoco los responsables futbolísticos tienen conciencia de la gravedad del problema”, añade.

Las razones por las que no se llega a la solución real del problema, considera Durán, es que los organizadores – como las federaciones regionales e internacionales, como la Federación Internacional Asociada del Fútbol (FIFA)- temen generar una mala imagen del deporte.

Y es precisamente lo que no conviene causar a la FIFA en medio de millonarios contratos con anunciantes y corporaciones trasnacionales, que trazan cuantiosas cantidades de dinero por patrocinio.

Así, las grandes corporaciones de la información suelen dejar a un lado el tema o hacen ver que el racismo en el fútbol es un hecho aislado, de pequeños grupos.

“La Liga y la FIFA no han hecho lo suficiente para combatir el racismo”, expresa Carlos Javier Rivas, periodista venezolano y especialista deportivo que aclara que no toda la sociedad española es racista. Sin embargo, los directivos de la referida federación y los directivos locales “no han sido lo suficientemente duros contra los racistas que van a los estadios, no los han suspendido, ni han aplicado medidas penales, ni multas”, agrega.

Este panorama negativo “afecta a la imagen de la Fifa y de La Liga”, añade Rivas.

Hegemonía blanca

Otro aspecto que refiere el experto español en su artículo, es abordado por los investigadores británicos Jonathan Long, Paul Robinson y Karl Spracklen en su ensayo “Promoción de la igualdad racial en las organizaciones deportivas”, publicado en 2005 en la revista especializada Journal of Sport and Social Issues.

“El problema más importante es la existencia de un racismo institucional e institucionalizado donde la propia práctica organizativa y gestora del deporte contribuye a seguir dando forma a esta situación de exclusión. Es el problema que algunos autores han tratado de expresar bajo la idea de la ‘hegemonía blanca’. Un hecho que se demuestra cuando encontramos que la participación de la gente de color en los diferentes deportes sigue siendo lenta e irregular; cuando confirmamos la escasa participación de las minorías étnicas en muchas modalidades deportivas, así como su escasa presencia entre los espectadores de muchos deportes y la total inexistencia de éstos en posiciones de poder o toma de decisiones en el ámbito deportivo”, cita Durán.

“Como se ha señalado, muchas asociaciones, clubes e incluso ligas deportivas no quieren perder o cambiar esa hegemonía ‘blanca’. Ir más allá de simples declaraciones de buenas intenciones e implicarse y comprometerse a fondo en conseguir una verdadera igualdad de acceso e igualdad de oportunidades, no sólo en la práctica deportiva sino en otras dimensiones del deporte como la gestión, la organización y la dirección, genera tensiones por las implicaciones que ello conlleva”, agrega el ensayo.

Compártelo: