Las carnes y otros productos de primera necesidad se exhiben en los anaqueles de los supermercados de Reino Unido con dispositivos antirrobos, que normalmente son usados para artículos no indispensables.
Los encargados de los establecimientos exponen que la actual crisis en Europa ha incrementado el número de robos en los establecimientos de comida en ese país.
“Tocino, salchichas, quesos, esa es la sección sensible. Cada día hay un incidente, la semana pasada pillamos a un ladrón con una maleta llena, pero a la policía no le importa”, se lamenta el dueño de un supermercado en la ciudad de Coventry – a 150 kilómetros de Londres- que ha tenido que reforzar las medidas de seguridad ante el aumento de los robos, cita Euronews.
El medio europeo reporta que en esa misma ciudad se registran también fuertes colas de familias enteras que acuden a un centro de ayuda alimentaria, debido a alza de la inflación y facturas de las energías, tras las sanciones impuestas a Rusia, país que inició en febrero pasado un operativo de desnazificación en el Donbás.
“Los precios en los supermercados son escandalosos, me pone enfermo. La gente como nosotros, que no tiene nada, no puede vivir así. Por eso la gente roba”, afirma un anciano entrevistado por el referido canal informativo. Otro hombre agrega: “Antes compraba la leche por 1 libra, pero ahora cuesta 1,80. Es duro”.
En Blackpool, en Lancashire, al noroeste de Inglaterra, también se han visto incremento de las largas colas de comedores comunitarios. El responsable del comedor Amazing Grace, Mark Butcher, dice que la inflación es tan elevada que el trabajo ya no es suficiente para vivir.
“Estamos fallando en este país en todos los aspectos. ¿Qué está pasando en este país cuando ni siquiera podemos cuidar de nuestra propia gente?”, agrega.
En octubre pasado, la inflación interanual en este país trepó al 11.1%, el índice más alto desde 1981 durante el gobierno de la ultraderechista Margaret Thatcher, período caracterizado por duras medidas contra el pueblo.
Sin embargo, la inflación no golpea a todos por iguales. Según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés) en los hogares con menos ingresos la tasa fue de 11.9%, mientras que los de mayores enfrentaron una del 10.5%.
El precio de la comida es el rubro que más ha sido afectado por la carestía y es el que más rápido ha crecido desde 1977, señalan varios medios internacionales.
El costo de la leche aumentó casi un 50% en el último año, los precios de las pastas han aumentado 34%, la mantequilla un 30% y el queso un 27%. Asimismo, la factura del gas ascendió casi el 130%, mientras que los de la electricidad escalaron en torno al 66%, respecto al año anterior.
Pero Reino Unido no es el único país del continente que está padeciendo de esta fuerte crisis socioeconómica. En España también se han incrementado las llamadas “colas del hambre”, agrupaciones de personas que esperan por alimentos en puntos solidarios. Según reporta EuropaPress, estas se habían visto disminuidas, pero se ha visto un retroceso por el galopante costo de vida.
Italia tampoco escapa de esta dura realidad. En este país, la inflación llegó, en octubre, a 11.8 % interanual, la más alta desde marzo de 1984, reporta AFP.
En octubre, la inflación fue impulsada principalmente por el alza de los precios de la energía, que se disparó de un 71,1 %, tras subir un 44,5 % el mes anterior, agrega el medio.
La crisis en el considerado “viejo continente” ha disparado el descontento en la clase política dominante. Varios medios, que citan a analistas, señalan que se estaría generando el escenario idóneo para la inestabilidad política.
Durante esos días se registraron protestas en otras naciones de la Comunidad Europea, en donde la inflación llegó, en promedio a 9.9 %. En Rumania y Francia el pueblo pidió mejoras salariales acorde a la inflación. En República Checa, los ciudadanos salieron a las calles en contra de la gestión de la crisis energética del actual gobierno y en Alemania, varios pilotos realizaron huelgas por mejores sueldos, señala AP.
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