Propaganda occidental: sus portadas de revista y el blanqueamiento del fascismo

Como si se tratase de una sesión de fotos con super modelos o cualquier artista hollywoodense, la pareja conformada por Volodimir Zelinski y su esposa, Olena Zelenska, posó para la revista Vogue, dedicada al mundo de la moda y las tendencias. 

Desde el inicio del conflicto Rusa-Ucrania, la imagen de ambos ha querido ser impuesta a través de los medios occidentales como la de dos héroes, y en el caso de Olena, una heroína bien vestida, elegante y maquillada a tono. 

Pero ha sido la entrevista de Vogue la que ha levantado más polémica, porque la misma habla de los horrores de la guerra a la vez que define a la primera dama como una mujer “franca, digna y elegante, vestida con discreción de diseñadores ucranianos”.

Continúa Rachel Donadio para Vogue: “El primer día llevaba una blusa de seda color crudo con un lazo de terciopelo negro atado al cuello, falda negra a media pierna y el pelo rubio ceniza recogido en un moño. Al día siguiente, me recibió con unos vaqueros de pata ancha y unas zapatillas blancas chunky con detalles amarillos y azules, guiño a la bandera ucraniana que ha incluido la marca The Coat en su proyecto solidario”, detalles que, en honor a la verdad, poca importancia tienen cuando lo que hay de fondo es una tragedia que miles sufren a diario. O como lo expresa la cuenta en twitter UkraineNews: “Un país reducido a escombros. Alrededor de 200.000 soldados ucranianos muertos. País aplanado a la edad de piedra, sobreviviendo con las donaciones de los contribuyentes estadounidenses ¿Es este el mejor momento para una sesión de fotos Vogue?”. 

Pero esta no es la primera vez que los medios occidentales han intentado blanquear el fascismo a través de sus portadas y reportajes. 

Ejemplos recientes, como el del autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, posando para la revista de moda masculina GQ, o la dictadora de Bolivia, Jeanine Áñez, muy sonriente y con actitud triunfadora en la portada de Forbes, mientras el pueblo boliviano era reprimido por fuerzas militares que respondían al autoritarismo de esta golpista, son parte de una estrategia que sirve solo para cazar incautos y romantizar hechos que, desde cualquier punto de vista legal y moral, deberían ser repudiados.

Pero en el caso de la pareja presidencial ucraniana, el desborde de propaganda a favor ha llegado muy lejos, tanto en redes como a través de medios de comunicación, en un intento por sostener, cínicamente, una guerra que continúa haciendo añicos a una nación entera.

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