Precandidatos del partido republicano de EEUU plantean invadir México para “erradicar” narcotráfico

En su afán de ser el policía del mundo, la clase política estadounidense, en especial los líderes del Partido Republicano, se han ensañado en promover, por todas las formas, una invasión militar en contra de México, bajo el pretexto de “combatir” los cárteles que trafican con fentanilo.

Esta idea – que contraviene toda legalidad internacional y que ha sido fuertemente rechazada por México que la tachó de propaganda- fue nuevamente asomada en un debate de dicho partido, realizado en Milwaukee, Wisconsin, en el que participaron ocho contendientes ultraderechistas que buscan la nominación por dicha organización política, a propósito de las elecciones del año próximo.

Los participantes fueron el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis; el empresario y novato en la arena política Vivek Ramaswamy; el exvicepresidente de Donald Trump, Mike Pence; la exembajadora de EEUU ante Naciones Unidas Nikki Haley; el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie; el senador Tim Scott; el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum.

Todos coincidieron en mayor o menor medida en una intervención militar unilateral en territorio mexicano, como única forma de combatir el tráfico ilegal de estupefacientes.

Entre todos ellos, el más reaccionario fue DeSantis, quien aseveró que “desde el primer día” de su gobierno ordenaría la invasión.

Según reseña Prensa Latina (PL), Haley y Scott se mostraron más discretos con estos planes y sugirieron apoyar alguna “versión de acción militar” unilateral en todo el Río Grande, que se ubica en la frontera común.

No obstante, Hutchinson – quien llegó a estar frente a la Administración de Control de Drogas, conocida como DEA, entre 2001 y 2003- dijo que esta “acción militar” no tendría éxito sin la participación de México.

En la actividad no estuvo el exmandatario Trump, quien gobernó al país entre 2017-2021, y a quien lo caracteriza una visión neoconservadora y xenofóbica en contra de México. El expresidente – quien busca una relección- se encontraba en Georgia para “entregarse” a una cárcel, tras ser acusado de manipular los resultados electorales del 2020; todo en medio de un show mediático con el que buscaba subir en las encuestas.

Durante su anterior campaña, Trump esgrimió fuertes palabras en contra de la población mexicana que vive en EEUU. El magnate prometía, en medio de una propaganda basada en la discriminación y racismo, “construir” un muro en la frontera.

Viejos planes

Las intenciones de usar la fuerza militar unilateralmente en contra de México, con el pretexto de erradicar el narcotráfico, no son nuevas. Mark Esper, ex secretario de Defensa de Trump, reveló en su libro de memorias que Trump tenía entre sus proyectos lanzar misiles a México en 2020 para “destruir los laboratorios de drogas” y aniquilar a los cárteles.

Esper – según reseña PL- confesó, además, que de ocurrir, Trump trataría de mantener en secreto que las fuerzas militares de ese país estarían involucradas.

En enero pasado, los congresistas ultraderechistas Mike Waltz y Dan Crenshaw – ambos republicanos-, promovieron una resolución en el Legislativo que amparaba la intervención militar contra la nación azteca.

Ante esta normativa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó en marzo pasado la “mala costumbre” de EEUU de “considerarse el gobierno del mundo” e interferir en asuntos que conciernen internamente a los países, reseña El País.

“Pero todavía es peor que quieran utilizar la fuerza militar para intervenir en la vida pública de otro país. O sea, invadir a otro país con la excusa de que van sobre narcotraficantes terroristas. Desde luego, es pura propaganda. Sin embargo, hay que estar rechazando todas esas pretensiones de intervencionismo. México es un país independiente, soberano”, expresó López Obrador, citado por el medio español.

AMLO critica que el Partido Republicano – que es favorito en las encuestas- use el tema del tráfico de drogas para sacar provecho político. Así, días después, intensificó su postura contra estos planes y llamó a los 38 millones de mexicanos que viven en EEUU – entre naturalizados estadounidenses como sus descendientes- a no votar a favor de esa organización política en 2024.

“Desde hoy vamos a iniciar una campaña de información a los mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos y a todos los hispanos para informarles de lo que estamos haciendo en México y cómo esta iniciativa de los republicanos, además de irresponsable es una ofensa al pueblo de México, una falta de respeto a nuestra independencia, a nuestra soberanía y si no cambian su actitud y piensan que van a utilizar a México por sus propósitos propagandísticos, electoreros, politiqueros, nosotros vamos a llamar a qué no se vote por ese partido”, expresó en aquella oportunidad.

“¿Qué se dice del fentanilo? Nada más las declaraciones de los legisladores oportunistas del Partido Republicano, que están sacando provecho, raja, del dolor humano porque hay mucha hipocresía”, añadió.

El jefe de Estado mexicano dijo en ese momento que su vecino del norte debería dejar la violencia para combatir los problemas, tales como las epidemias de drogas y tiroteos escolares. Por el contrario, considera, los políticos estadounidenses deberían promover programas que fortalezcan los lazos familiares, con el fin de que la juventud no caiga en las redes de las drogas.

“Si ellos (los republicanos) reciben dinero de las grandes corporaciones, incluso de las farmacéuticas, para sus campañas, dinero para sus campañas de los que fabrican las armas, y ahora me salen con que están muy preocupados, si estuviesen realmente preocupados, estarían atendiendo las causas que llevan a que los jóvenes tomen el camino de la drogadicción”, explicó.

Más xenofobia para ganar

Hace unos meses, Ron DeSantis, gobernador ultraderechista de Florida, se vislumbraba como el favorito en conseguir la nominación republicana y por ende, el hipotético próximo presidente de EEUU. Sin embargo, las encuestas parecen favorecer a Trump. Ante ello, DeSantis comenzó a endurecer su discurso contra la población migrante con el fin de seducir a los electores conservadores.

En junio pasado, y en un acto de pre-campaña, DeSantis visitó Texas, específicamente Eagle Pass en donde está el Río Bravo. Esta barrera natural separa a EEUU de México, en donde llegan miles de caminantes latinoamericanos que huyen de la pobreza y violencia, ocasionada por políticas neoliberales. Esta población busca entrar a la nación norteamericana para buscar mejores condiciones de vida.

Allí, el gobernador – que en una oportunidad metió a migrantes latinos en buses para enviarlos a estados gobernados por demócratas- anunció que de llegar a Washignton usaría la fuerza letal para poner freno a la migración, a la que denominó “invasión”.

“Vamos a redefinir las reglas para un enfrentamiento. Si alguien se está metiendo a tu casa para hacer algo malo, responderías con fuerza. ¿Por qué no lo hacemos en la frontera sur?”, espetó, citado por varias agencias.

Expresó también que se suma a los planes de acabar con los incentivos a favor de los migrantes y lo que llamó “turismo de parto”, con relación a las madres mexicanas o latinas que cruzan la frontera para dar a luz en suelo estadounidense y así conseguir una protección.

“Me refiero a esta idea de que puedes cruzar la frontera y dos días después tener un hijo que, de alguna manera, es un ciudadano estadounidense. Ese no fue el propósito original de la decimocuarta enmienda [el texto de 1868 sobre protección igualitaria]. Está mal que la gente utilice a nuestro país para turismo de partos”, añadió.

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