ONU: Assange es un perseguido y maltratado por revelar sórdidos secretos

Denunciar atrocidades, como torturas y crímenes de guerra llevaron a Julian Assange a ser blanco de una persecución política, aislamiento y difamación; así como de una extradición desde Inglaterra hacia Estados Unidos (EEUU) que busca acabar con su vida.

Su caso ha sido ampliamente denunciado por líderes sociales, movimientos y políticos. A estas voces se une la del relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la tortura, Nils Melzer, quien advirtió que el activista australiano ha sido víctima de una persecución judicial.

«Mientras investigaba el caso de Julian Assange, encontré pruebas convincentes de persecución política y arbitrariedad judicial, así como de tortura y malos tratos deliberados», manifestó Melzer, citado por Le Monde Diplomatique.

El relator clasificó el caso de Assange como el de “un hombre perseguido y maltratado por revelar los sórdidos secretos de los poderosos, incluidos los crímenes de guerra, la tortura y la corrupción”.

“Esta es la historia de la arbitrariedad judicial deliberada en las democracias occidentales que también quieren presentarse como ejemplares en materia de derechos humanos (…) es la historia de informes manipulados y manipuladores en los principales medios de comunicación con el propósito de aislar, demonizar y destruir deliberadamente a un individuo en particular”.

El vocero de la ONU comparó el caso de Assange con el del dictador chileno Augusto Pinochet, aliado de Estados Unidos y responsable de asesinatos masivos, torturas, persecución y desaparición de miles de ciudadanos de su país.

Pinochet- recuerda el relator -estuvo en detención de extradición británica, del 16 de octubre de 1998 al 2 de marzo de 2000. España, Suiza, Francia y Bélgica querían procesarlo por tortura y crímenes de lesa humanidad. Al igual que Assange hoy, Pinochet se describió a sí mismo como ‘el único preso político de Gran Bretaña”.

Sin embargo, a diferencia de Assange, Pinochet no fue acusado, comparó Melzer.
Pero esta no es la primera vez que este relator se refiere a este caso. Lo ha hecho en numerosas ocasiones y ya ha dicho que Assange ha sido sometido a torturas psicológicas.

Assange enfrena 175 años de prisión por develar en 2010 cientos de miles de cables militares y diplomáticos de las embajadas de EEUU sobre las guerras de Irak y Afganistán, que develaron que las fuerzas invasoras, lideradas por Washington, cometieron violaciones de Derechos Humanos.

En 2012, el activista ingresó a la embajada de Ecuador en Londres en donde pidió un asilo político, que fue concedido por el entonces presidente Rafael Correa. Sin embargo, el gobierno del Reino Unido no facilitó el traslado de Assange y, contraviniendo los tratados internacionales, intentó asaltar la embajada de Ecuador.

Fue el expresidente ecuatoriano Lenín Moreno quien, en 2019, retiró el asilo otorgado a Assange y da luz verde para su detención por parte de las autoridades británicas.

Desde entonces, el activista afronta un proceso de extradición mientras sus posibilidades para retrasarlo se agotan. Actualmente está detenido en una prisión de máxima seguridad en Belmarsh, al este de Londres, conocida como la “Guantánamo británica”. En este recinto, en el que cumplen condena terroristas, violadores y asesinos en serie, están recluidos más de dos mil prisioneros en vez de los 900 para el cual fue diseñado.

Un ejemplo contra la censura

Wikileaks, la organización que dirige Assange, ha sido el dolor de cabeza de Washington. Su portal ha ayudado a pequeños medios independientes a develar el oscuro accionar de ejes hegemónicos que cuenta con corporaciones mediáticas.

En el sitio reposan millones de documentos del gobierno estadounidense – y de sus aliados- tales como cables, videos y transcripciones, que han puesto en duda el doble discurso de “defensores de derechos humanos”.

Uno de los videos claves difundidos por Wikileaks es el del asesinato del fotógrafo de la agencia Reuters Namir Noor-Eldeen en 2007 por parte de EEUU. En el metraje se observan a dos helicópteros estadounidenses disparar contra un grupo de civiles, entre los cuales se encontraban el fotógrafo, su chofer Saeed Chmagh; y dos niños.

“Mira a esos bastardos muertos”, se le escucha decir a uno de los pilotos, a lo que otro responde: “Bonito”. Aun y cuando uno de los soldados detecta la presencia de niños para la ráfaga. “Es su culpa por llevarlos a una batalla”, comentó por interno a modo de justificación.

El paso de Assange inspiró al exagente de seguridad estadounidense Edward Snowden (exiliado actualmente en Rusia), a filtrar informaciones acerca de cómo las agencias de espionaje colectan y procesan datos personales, a partir de plataformas como Google, Facebook o Apple, de manera poco ética.

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