Los cuatro ejes del sionismo para perpetrar genocidio en Gaza

Con el fatídico operativo “Espadas de Hierro”, el régimen israelí acelera el genocidio contra los palestinos iniciado hace 75 años cuando el sionismo concretó, ayudado por ejes imperiales- específicamente Estados Unidos y Reino Unido-, la creación del ilegítimo estado de Israel en 1948.

La operación actual fue puesta en marcha el 7 de octubre contra la Franja de Gaza, y ha dejado a casi 10.000 palestinos asesinados en un mes, entre ellos más de 6.000 mujeres y niños. Este ataque sostenido está sustentado en un perverso esquema que centra cuatro ejes.

El primero de ellos, que comenzó a preconfigurarse hace décadas y culminó recientemente, fue convertir a la Franja de Gaza, de 365 kilómetros cuadrados y con 2.7 millones de habitantes, en una cárcel a cielo abierto. Para tal fin, los sionistas construyeron un muro de concreto de 65 kilómetros entre la zona ocupada por Israel y Gaza. Se trata de una estructura por mar y tierra fortificada y equipada con sensores de alta tecnología que se suma a dos muros más: uno en la frontera con Egipto, y otro en los límites entre Israel y Cisjordania.

Con esta fortificación, el sionismo controla los ingresos y egresos de humanos e insumos a Gaza, así como el abastecimiento eléctrico, agua potable, medicinas, alimentos y combustible a dicha región.

En 2007, tras el triunfo legítimo del partido Hamas, Israel fortaleció el bloqueo, y casi cerró totalmente el ingreso de enseres vitales. También prohíbe – por aire, mar y tierra- el egreso de palestinos, lo que empujó a los gazatíes a una situación de vulnerabilidad total nunca antes vista.

Debido al asedio, Gaza registró en 2022 una tasa de desempleo que superó el 50% (70% para los jóvenes), en medio de una fuerte restricción eléctrica que no llegaba a las 10 horas diarias de energía para los hogares, reseña El País. Todas estas razones convirtieron a este territorio inhabitable, tal y como lo ha denunciado Naciones Unidas en diversas oportunidades.

Asimismo, la agricultura de la Franja de Gaza – una de sus principales actividades económicas- depende de 10 ríos y fuentes de aguas naturales, de las que nueve están contaminadas. La inestabilidad a todo nivel en el lugar, provocada por el bloqueo sionista, no ha permitido la recuperación de estos acuíferos, y por tanto la producción alimentaria está casi a cero. Así, Israel activó una bomba de tiempo que compromete la vida de millones de palestinos.

Acabar con el futuro palestino

Este escenario dio un brusco giro, luego de una respuesta armada por parte de agrupaciones de milicias que lanzaron el pasado 7 de octubre cohetes artesanales hacia tierra ocupada por colonos israelíes. Ante esto, Israel activó el operativo “Espadas de Hierro” con el que busca, además – y aquí entra el segundo eje- erradicar las futuras generaciones de palestinos, con el asesinato sistemático de niños, mujeres embarazadas o jóvenes en edades fértiles.

Con más de 3.700 niños y más de 2.300 mujeres asesinadas, así como 32.000 heridos y miles de desaparecidos – y mujeres embarazadas al borde de la muerte por falta de insumos médicos-, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calificó a Gaza como un cementerio infantil.

En esta misma línea se pronunció el embajador de Palestina en Venezuela, Fadi Alzaben, en una entrevista a la televisora estatal. “Este es el objetivo que tiene el Gobierno actual de ultraderecha fascista de Israel: acabar con la existencia del pueblo palestino en la Franja de Gaza”, lamentó.

Según cifras de varias organizaciones, en los primeros 18 días Israel ha asesinado todo el saldo de niños muertos en Gaza de los últimos 23 años.

Ya la falta de alimentos y agua pre-existente perjudicaba a la población infantil, especialmente en los que se encuentran en sus primeros 1.000 días de vida, la etapa más importante del desarrollo. Antes de octubre pasado, – reseña El País- “el 60% de la población gazatí necesitaba ayuda humanitaria para sobrevivir y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU registraba 1,84 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria, es decir: sin acceso a suficientes alimentos para su salud y bienestar general. Además, el 7,4% de los niños de entre 6 y 59 meses padecía algún tipo de desnutrición”.

Erradicar a los que salvan vidas

Otro de los blancos claves – que sería el tercer eje- es el bombardeo de centros de salud, hospitales y médicos y personal que intentan curar o salvar las vidas de los palestinos, lo que constituye crímenes de lesa humanidad y violación de las convenciones internacionales.

Los incesantes ataques de Tel Aviv han matado a 135 médicos y han dejado 25 ambulancias destruidas. En total, las fuerzas israelíes han atacado más de 100 centros de atención de salud en Gaza desde el 7 de octubre.

Sólo el pasado 3 de noviembre, Israel bombardeó a un convoy de ambulancias que transportaban heridos y lanzó misiles contra la entrada de un hospital en un campo de refugiados. En este último murieron más de 50 personas, 40% de ellos niños.

Un portavoz del Ministerio de Salud de Gaza advirtió que otros “16 hospitales y 32 centros de atención primaria quedaron fuera de servicio debido al ataque israelí y a la escasez de combustible”. Asimismo, los sionistas dejaron sin tratamiento a 70 pacientes con cáncer que eran atendidos en el Hospital Turco de la Amistad, ya que la infraestructura se quedó completamente sin recursos y combustible.

Callar a la voz que denuncia

El cuarto eje del genocidio contra Palestina por parte de Israel, es callar la voz de la denuncia. De esta forma, el régimen sionista también ha matado a periodistas, fotógrafos y profesionales de la comunicación que son canales de difusión de la verdad que pretende ser solapada ante la propaganda pro-israelí de las corporaciones mediáticas y grandes cadenas y agencias “informativas”.

Hasta el 4 de noviembre, Israel había asesinado a 46 periodistas y comunicadores debidamente identificados. La Radio Televisión Vasca reporta que cuatro de ellos pertenecían a la cadena pública Palestina TV, y agrega que aunque Israel acreditó a 2.000 periodistas a éstos no se les permite la entrada a Gaza.

A la par de ello, las grandes agencias de noticias han impuesto una matriz que intenta hacer ver una supuesta “guerra”, cuando en realidad es el recrudecimiento de un genocidio sostenido durante más de siete décadas, arremetida desproporcionada ya que es un ejército israelí -uno de los más tecnificado y poderosos del mundo que recibe anualmente 4.000 millones de dólares de parte de EEUU- contra civiles armados artesanalmente que constituyen milicias pequeñas sin entrenamientos.

Además posicionan en sus medios la tesis de que en Gaza solo co-existen las milicias del partido Hamas y omiten que son ciento de grupos de civiles de resistencia. A estos grupos les llaman “terroristas” y evitan decir que las acciones del régimen de Tel Aviv (asesinato de niños, mujeres, periodistas y bombardeo de centro religiosos y de salud) son crímenes de lesa humanidad, que clasificarían a Israel como un Estado terrorista.

“Es el pueblo en armas que actúa en defensa de su vida. Eso ha sido manipulado y tergiversado a través de las corporaciones mediáticas”, denunció la activista y periodista Hindú Anderi en una actividad en Caracas. “Inclusive en las redes sociales se pretende manipular y tergiversar y omitir la verdad en muchos espacios”, agregó.

“En la Franja de Gaza están siendo asesinados los periodistas, los médicos, las madres y los niños para acabar con el futuro de Palestina. Es un cementerio infantil que ha sido también declarado como un lugar no habitable para humanos. Esa situación de Gaza es una situación que iba a reventar y ocurrió el 7 de octubre y el mundo lamentablemente en vez de estar del lado de Palestina, de los palestinos y de la resistencia hemos visto cómo algunos gobiernos, corporaciones económicas y militares se han puesto del lado de los homicidas”, expresó Anderí.

La contraofensiva pacífica en las calles

La gran mayoría de los pueblos del mundo se han movilizado para rechazar la inacción de Naciones Unidas ante este hecho atroz, modelo que considerado ya vencido y obsoleto. En multitudinarias marchas piden un inmediato alto al fuego y se manifiestan a favor de la soberanía de Palestina. A esta causa planetaria se han sumado también movimientos de judíos e israelíes que rechazan el constante chantaje del sionismo que secuestró el término “antisemita” y lo usa contra todo aquel que condene este genocidio.

También se han manifestado gobiernos y Estados a través de comunicados y pronunciamientos que velan por frenar la matanza y en pro del futuro de Palestina; a la par que abogan para el cese de las hostilidades de parte del régimen sionista que busca escalar el conflicto y llevarlo a un escenario nuclear, tal y como lo dijo el ministro israelí de Patrimonio Amihai Eliyahu, quien llegó a admitir que dicho planteamiento “está sobre la mesa”.

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