El espaldarazo de la Liga Árabe a Siria ¿revés para EE.UU. y la UE?

El imperialismo ha buscado acabar con Siria a como dé lugar. Para lograr este objetivo, Washington y sus aliados europeos se propusieron, en 2011, a armar a grupos opositores al gobierno del presidente Bashar Al-Assad con la intención de generar una sedición bélica, y desestabilizar a ese país.

La estrategia devengó en una de las más cruentas guerras civiles que ha atravesado esa nación árabe, en la que más de 300.000 han perdido la vida, según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La crisis humanitaria en Siria – considerada por el referido organismo internacional como una de las más complejas del mundo- también ha provocado el desplazamiento interno de 6.8 millones personas y la migración forzada de otras 6.6 millones, ciudadanos que huyen de la precariedad de los servicios básicos, aumento desmesurado de precios de alimentos y brotes de enfermedades endémicas, como el cólera.

Con el pasar de los años, el gobierno de Al-Assad ha logrado repeler a la insurgencia armada, que busca beneficiar al mal llamado “occidente”, eje de poder que mantiene ilegales medidas coercitivas financieras contra Damasco.

Al panorama se le ha sumado el aislamiento internacional contra Siria, así como una férrea campaña de desprestigio en grandes medios y redes que centra sus ataques al gobierno de Al-Assad. Esta estrategia ha captado a varios países árabes, entre ellos a Arabia Saudita.

Sin embargo, este año el escenario internacional para Siria parece dar un vuelco a su favor. El pasado 7 de mayo, la Liga Árabe (LA) – agrupación integrada por 22 naciones- aceptó la readmisión de Siria al bloque, del cual fue suspendida en 2011.

Este paso dado por el organismo internacional ha sido considerado por varios analistas como un revés para EEUU y varios gobiernos de países europeos; y un espaldarazo importante a Al-Assad y al pueblo sirio que busca salir de una economía golpeada por los enfrentamientos.

Así, este jueves 18 de mayo, Al-Assad llegó a la ciudad portuaria sauidí Yeda, en donde se celebra la 32° cumbre de la LA. Allí el presidente sirio fue recibido por el secretario general de la agrupación, Ahmed Abulgueit y otras autoridades saudíes.

“Es una oportunidad histórica para reordenar nuestros asuntos con la menor injerencia extranjera, lo que exige reposicionarnos en este mundo que hoy se forma”, explicó el mandatario sirio, durante su discurso en la plenaria, citado por la agencia SANA.

Asimismo, agregó que “las grietas que han surgido durante la última década deben ser tratadas, y lo más importante es dejar que los pueblos manejen sus asuntos internos y evitar la injerencia externa en estos asuntos”.

Unidad quebrantada

Aunque el objetivo principal de la LA es el de fortalecer los lazos y relaciones de sus países miembros, la unidad dentro del bloque se ha visto quebrantada durante muchas décadas, debido al intervencionismo y posiciones complacientes a “occidente” a guerras e invasiones.

La agrupación fue fundada en 1945 por Egipto, Siria, Líbano, Irak, Trasjordania (ahora Jordania), Arabia Saudita (Arabia Saudí) y Yemen. Para ese entonces, la meta era luchar contra la descolonización y la prevención del estatus de Palestina ante la inminente aparición del estadio sionista de Israel.

Con el pasar del tiempo – y la admisión progresiva de nuevos miembros, como Libia, Sudán, Túnez, Marruecos, Kuwait, Argelia, Baherin, Omán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania, Somalia, Palestina, Yibuti y Comoras- los conflictos internos se acrecentaron y la referida liga comenzó a mostrar fracturas.

En la era bipolar – Guerra Fría- varias naciones de la LA apoyaron al bloque soviético mientras que otros al capitalista, liderado por EEUU. De igual forma, ha existido rivalidad entre Irak y Egipto (país sede) por el predominio dentro de la organización.

La invasión de Marruecos a Argelia, en 1963; el conflicto entre Kuwait e Irak -y la posterior injerencia del Pentágono- en 1990, también sembraron división dentro del bloque. No obstante, la LA se ha mantenido firme en cuanto a la autodeterminación de Palestina y solo dos países tienen lazos con el régimen de Tel Aviv (Egipto y Jordania).

Entre los retos actuales de la LA están el de avanzar hacia el reforzamiento de la unidad y evitar la injerencia foránea que nada más beneficia a ejes imperiales.

Declaración de Jeddah

La declaración final de la 32° Cumbre – que culminó al cierre de este 19 de mayo- exhorta a sus integrantes a frenar el intervencionismo, así como el apoyo y articulación de grupos armados fuera del ámbito de las instituciones estatales. Destacaron – según reseña Telesur- que los conflictos bélicos (como el de Yemen, Sudán y Siria) solo alimentan crisis humanitarias.

La Declaración de Jeddah – como se denominó al documento- apoya la decisión del Consejo de la Liga Árabe a nivel ministerial, de reanudar la participación de las delegaciones del Gobierno sirio en las reuniones y sus organizaciones y agencias afiliadas.

“Esperamos que esto contribuya a apoyar la estabilidad de la República Árabe Siria, preservar su integridad territorial, reanudar su papel natural en el mundo árabe y la importancia de continuar e intensificar los esfuerzos destinados a ayudar a Siria a superar su crisis”, destaca el texto, que además afianza su total apoyo a Palestina y a un fin pacífico del conflicto en Yemen y Sudán.

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