Alex Saab: cronología de un secuestro político

El cerco que ha impuesto Estados Unidos (EEUU) y sus aliados de la Unión Europea (UE) contra Venezuela se ha venido incrementado desde el año 2015, cuando la nación caribeña fue declarada por el entonces presidente Barack Obama como “una amenaza inusual y extraordinaria”.

Fue a partir de ese punto que el Departamento de Estado y Bruselas comenzaron a aplicar las mal llamadas “sanciones”, que no son más que medidas coercitivas unilaterales (MCU). Con estos decretos – totalmente contrarios a las normas internacionales-, el imperialismo busca crear una crisis humanitaria en el país, ya que están dirigidos principalmente a las áreas más sensibles, como la alimentación y la salud.

No obstante, el Gobierno Bolivariano ha buscado la forma de solapar el efecto de estas MCU y ha empleado varios esquemas para poder burlarlas. Uno de ellos ha sido la desginación de diplomáticos como enviados especiales a misiones humanitarias, para traer al país combustible, comida e insumos médicos para el pueblo.

Uno de esos enviados especiales es Alex Saab, diplomático quien fue arrestado ilegalmente exactamente hace tres años, el 12 de junio de 2020, en Cabo Verde, durante una parada técnica mientras se dirigía a Irán para una misión humanitaria. Autoridades del país africano – en supeditación a Washington y desconociendo su inmunidad- secuestraron a Saab y, bajo una matriz de falsos argumentos que trata de confundir a los gobiernos y pueblos del mundo, lo mantienen tras las rejas en condiciones inhumanas.

En Cabo Verde, Saab pasó 941 días en una celda en la que fue golpeado y torturado. Esta situación no cambió cuando se concretó su ilegal extradición a EEUU por petición de un tribunal de la Florida, hecho que ocurrió el 16 de octubre del 2021.

En su paso por el país africano, las autoridades caboverdianas, por instrucción de EEUU, no le permitieron visitas consulares, ni de sus abogados, ni de familiares. Por los maltratos físicos, el diplomático, quien es paciente oncológico, perdió peso y varias muelas. De igual forma estuvo recluído en un espacio reducido sin exposición al sol. 

En una carta remitida desde su celda, difundida en 2020 por varios medios internacionales y mientras estuvo en Cabo Verde, Saab denunció que EEUU tenía a cuatro empleados nativos, “que constantemente entran en su celda por la noche con capuchas y le muelen a golpes”. “El propósito de estos delincuentes – advierte el diplomático en su misiva- es que firme la extradición voluntaria a EEUU y haga declaraciones falsas contra el presidente Maduro y su familia”. «Ni con sangre firmaría esas mentiras y calumnias contra un presidente que lucha por salvar a su pueblo en medio de un bloqueo inhumano”, agrega el texto, citado por un medio español.

Desde el primer momento de su írrita detención, Venezuela activó todos los mecanismos legales y diplomáticos para liberar a Saab. El Gobierno venezolano emitió comunicados rechazando este hecho, y conminó a las autoridades de Cabo Verde a respetar las normas internacionales. Asimismo, exhortó a esa nación africana a respetar el dictámen de medida humanitaria a favor de Saab emanado por el  Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), de la que Cabo Verde es parte y Venezuela observadora, solicitud que fue ignorada.

Así, el 16 de octubre Cabo Verde, incumpliendo las normas internacionales, dio consentimiento a la ilegal extradición del diplomático a EEUU, sin existir un convenio internacional entre esos países en la materia.

Recluído en EEUU – y en condiciones infrahumanas-, las autoridades judiciales de ese país señalan al enviado especial de supuesto “lavado de dinero”, acusación que esgrimen sin fundamento.

Según refleja varios documentos y pruebas, Saab fue nombrado el 9 de abril del 2018 como diplomático venezolano. Sin embargo, el juez del Tribunal del Distrito que lleva el caso, Robert Scolar, denegó su inmunidad el 23 de diciembre del 2022 y alegó que esto se debe a que EEUU no reconoce al presidente Nicolás Maduro como legítimo mandatario, el argumento base que ha usado imperialismo, y la derecha nacional, para saquear de bienes al país.

La prisión en la que está Saab -quien también integrante de la mesa de diálogo entre el Gobierno y parte de la oposición, que se instaló en México- “no cumple con las condiciones para una persona con su condición física”, dijo a Sputnik la abogada venezolana Laila Tajeldine, que integra el equipo de defensores.

La letrada denunció que Saab no accede a luz solar y es sometido de forma artificial a frío extremo. “Es importante decir que la comida que le dan en muchas oportunidades está vencida, y si no está vencida tiene algunos insectos”, cita el medio ruso.

Tajeldine recordó que el diplomático es paciente oncológico por lo que debe recibir una revisión por esta condición. No obstante, alertó que su cliente no ha sido evaluado por especialistas desde su secuestro, en 2020.

“Podemos confirmar que estamos frente a una detención arbitraria, que solamente tiene motivaciones políticas y que evidentemente EEUU lo tiene en condiciones de tortura física y psicológica”, añadió.

A pesar de todas estas contrariedades, Saab recibe el apoyo multitudinario de todo el pueblo de Venezuela y de gobiernos amigos como el de Irán, Rusia, Cuba, Nicaragua, Turquía, Siria y China. De igual forma movimientos sociales de varias partes del mundo piden fin a esta maniobra, que, además de inhumano, violenta el Tratado de Viena y siembra un precedente oprobioso para cualquier funcionario de algún país bloqueado que esté en labores humanitarias.

Foto: Movimiento Free Alex Saab

Excepcionalismo agresor

El doble secuestro de Saab, además de ser condenado y rechazado, debe ser visto por dos aristas. Una de ellas es el desconocimiento deliberado de EEUU hacia la institucionalidad venezolana y la doctrina de excepcionalismo que ese país aplica.

“Para la doctrina o juridiscción Norteamericana, el jefe de Estado – el presidente Nicolás Maduro- no tenía validez legal para el ejercicio de las funciones, mucho menos para el nombramiento de diplomáticos. Por lo tanto en la doctrina norteamericana este nombramiento – de Saab- es nulo y ellos no se sienten obligados a respetarlo”, dice el analista e internacionalista Jeanpiere Anaya.

El experto recuerda el doble discurso de los gobiernos de EEUU, que, a lo largo de la historia, han exigido a las demás naciones cumplir varios de los acuerdos internacionales que ni ellos mismos han firmado ni ratificado, como el Estatuto de Roma – que firmaron pero luego rechazaron- o la Convención de los Derechos del Niño, que nunca han rubricado, siendo el único país del mundo en no hacerlo.

“EEUU en ningún momento ha admitido ser ignorante de la condición diplomática (de Saab). Ellos, sencillamente desconocen abiertamente la capacidad del Estado venezolanos en nombrar diplomáticos (…) y en ese sentido no se sienten con la obligación de respetar”.

En esta línea, varios exfuncionarios del gobierno de Donald Trump -como el entonces Secretario de Defensa, Mark Esper o el exsecertario de Estado, Mike Pompeo- han confesado en libros que ellos estaban al tanto de la condición de diplomático del enviado especial hoy secuestrado.

Como antecedente en agresiones contra Venezuela, sustentadas en el excepcionalismo, el analista refirió que EEUU no respetó la Convención de Viena en el caso de la invasión y desvalijo de las sedes diplomáticas  venezolanas por parte de grupos violentos en suelo norteamericano,  una vez que la Casa Blanca reconoció, en 2019, al autoproclamado Juan Guaidó como “presidente”.

“Esa su práctica y está basada en la tesis del excepcionalismo norteamericano”, dijo, al tiempo que advirtió que  el secuestro de Saab “es una amenaza (…) contra cualquier otro país; es una forma que tienen ellos de demostrar que están por encima de la normativa”.

Por su parte, Venezuela y los pueblos soberanos del mundo no escatiman esfuerzo para sacar a Saab de prisión. Bajo esta premisa nació el movimiento Free Alex Saab, dirigido por Camila Fabri, esposa del diplomático, y quien constantemente ha denunciado que contra su pareja ha existido un lawfare o persecución judicial con motivos políticos.

“El lawfare (judicialización de la política), esta persecución política y mediática contra Venezuela va más allá, llegaron al punto de secuestrar a un diplomático, están violando las normas internacionales”, indicó recientemente Fabri.

La activista -quien ahora representa a Saab en la mesa de diálogo entre el Gobierno y un sector opositor – advirtió que el doble secuestro de Saab es una amenaza y mensaje de miedo “a cualquier funcionario o empresario que esté tratando de ayudar a Venezuela”.

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