A 240 años del natalicio de Bolívar, el hombre más grande de la historia

No en vano, el Libertador Simón Bolívar es considerado por historiadores, estudiosos, analistas, académicos, líderes revolucionarios y pueblos del mundo como uno de los hombres más importantes y uno de los luchadores más insignes jamás visto en la historia universal.

Su gesta independentista y su pensamiento aun vigente, cambió el rumbo de Suramérica, región que la llevó hace más de 200 años por el camino irreversible de la libertad e independencia.

Nació el 24 de julio de 1783, hace 240 años, en Caracas, bajo el nombre de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco. Desde muy pequeño, siempre demostró ser un entusiasta por el conocimiento y el aprendizaje, ansías que alimentó en la Escuela Pública de Primeras Letras y Latinidad, en donde fue alumno de Simón Rodríguez, maestro que influenciaría, más adelante, en su formación tanto académica como espiritual.

Con solo 19 años, y habiendo perdido a su esposa María Teresa Rodríguez del Toro y Alayz en 1803, en Caracas, Bolívar viaja a Europa para educarse y es allá, en París, en donde se reencuentra con Rodríguez. Ambos nutren una fuerte amistad duradera, basada en intercambios de ideas, conversaciones y largas tertulias.

“Bolívar volvió, pues, con otro ánimo a Europa. Y si por la primera pasión, pasión de amor, juró no volver a casarse, conservando en el fondo del corazón el dulce recuerdo de su ‘cara y tierna esposa’, también por la segunda pasión (…) juró la libertad de la Patria con acento profético”, refiere el historiador Joaquín Díaz González en su libro Juramento profético de Bolívar en el Monte Sacro.

Así, y durante la tarde del 15 de agosto de 1805, Bolívar, con 22 años, proclama ante aquel histórico lugar y en compañía de Rodríguez: “Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.

Estas palabras dejaron en Bolívar “la impresión de un verdadero compromiso y, tanto en los reveses como en los triunfos, debió recordarlo siempre”, dice, por su parte, el historiador Augusto Mijares en su libro El Libertador.

Es justo en ese momento – el 15 de agosto de 1805- “que podemos decir que nació el Libertador”, asevera Mijares.

Fue a partir de ese año que Bolívar no claudicó en su deseo de concretar la América libre y unida en una sola nación. Inspirado en las ideas innovadoras de la Revolución Francesa y de los movimientos pre-independentistas, el papel de Bolívar y de la Sociedad Patriótica – una secreta agrupación pro independentista- fueron fundamentales en los primeros pasos hacia la emancipación.

En 1811, Bolívar participó activamente en los movimientos en contra de los realistas que llevaron a la fundación de la I República, con la firma del acta de la Independencia el 5 de julio de ese año, gesta que posteriormente se perdió.

Ante ello, y motivado con este primer revés, Bolívar emprende un icónico recorrido que llevó, a su vez, a numerosas campañas y batallas heroicas por la liberación de América en los 11 años siguientes.

En 1813, estuvo al frente de la Campaña Admirable, con la que logró emancipar el occidente de Venezuela. Posteriormente, llevó a cabo la Expedición de los Cayos, en 1816, proveniente desde Haití, para comenzar a reconquistar a Venezuela, hecho que condujo a la liberación de Oriente. También estuvo al frente de la Campaña de Guayana, con la que se liberó la zona sur de Venezuela. Asimismo, condujo la campaña del Centro – para liberar nuevamente a Caracas- y la Campaña de Nueva Granada, en 1819 para emancipar los territorios que comprenden hoy Colombia y Panamá. En 1821, ejecuta la campaña definitiva para la reorganización de Venezuela con la que expulsa a los realistas del país, hecho que se concreta con la heroica Batalla de Carabobo el 24 de junio de ese año, y la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, dos años después, el 24 de julio de 1823, conducida por el patriota José Prudencio Padilla. La victoria de esta última fue considerada por Bolívar como su mejor regalo durante su cumpleaños número 40. El Libertador se encontraba en Guayaquil, en los preparativos poner en marcha la Campaña del Sur.

Desde Guayaquil (hoy Ecuador), y bajo una minuciosa y acertada estrategia militar, Bolívar emprendió también las referidas Campañas del Sur, con las que expulsó cualquier reducto del imperio español. Estas batallas dieron la independencia a Perú, Ecuador y a la actual Bolivia.

Más que la libertad está la Justicia Social

Los escritos, cartas y textos de Bolívar son evidencias de que El Libertador ostentaba una gran capacidad intelectual, tenacidad y empeño. El prócer venezolano estaba casado con la lucha por la libertad y la justicia social. Su espíritu siempre batalló contra el anticolonialismo, antiimperialismo y luchó a favor de la soberanía y unidad latinoamericana.

Daniel Florencio O’Leary, amigo personal de Bolívar, describe en sus diarios que El Libertador “tenía el don de la persuasión y sabía inspirar confianza a los demás”. “Su estilo era florido y correcto, sus discursos y sus escritos están llenos de imágenes atrevidas y originales. Sus proclamas son modelos de la elocuencia militar”, escribió.

“A esas cualidades se deben en gran parte, – continúa O´Leary-, a los asombrosos triunfos que obtuvo en circunstancias tan difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple de alma se habría desalentado”.

Así podemos constatar en las muchas cartas y comunicados que Bolívar redacto en sus 47 años de vida. Entre ellas, trasciende el Manifiesto de Cartagena (1812), con el que hace un análisis exhaustivo de las causas que llevaron a la pérdida de la I República y con el que buscó convencer a los neogranadinos que colaborasen con la liberación de Venezuela.

También está la Carta de Jamaica, escrita en 1815, texto en el que Bolívar analiza las causas que provocaron la caída de la II República, y redimensiona, con una brillante lucidez y exactitud, el contexto general de los procesos de independencia en el continente. Además, reafirma su anhelo de la conformación de la Patria Grande.

“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse; mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América. ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto Congreso”, se lee en misiva.

El historiador Omar Hurtado – entrevistado por VTV en el año 2020-, resalta la alta capacidad que tenía Bolívar para afrontar batallas sin perder de vista el objetivo político intrínseco en ellas. “El pensamiento múltiple del Libertador lo lleva, al mismo tiempo que concibe las más arriesgadas acciones de guerra, a pensar en la proyección, en el plano institucional, en el plano político, del proyecto de país”.

Hurtado refiere que Bolívar llega, en 1819, a la entonces capital Angostura (hoy Ciudad Bolívar, al sur del país) – en donde se realizó el Congreso de Angostura – con la meta clara de la integración latinoamericana, hecho que se sustentó con la creación de la Gran Colombia el 17 de diciembre de ese año.

“Para sacar de este caos nuestra naciente República, todas nuestras facultades morales no serán bastantes, si no fundimos la masa del pueblo en un todo; la composición del Gobierno en un todo; la Legislación en un todo; y el espíritu nacional en un todo. Unidad, Unidad, Unidad, debe ser nuestra divisa”, expresó Bolívar en dicho Congreso, el 15 de febrero de 1819, fecha de su instalación.

Durante su discurso, Bolívar abogó por la soberanía de las repúblicas nacientes, por tanto éstas debían instaurar un modelo propio y no foráneo. Asoma la división clásica de los Poderes Públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), pero añade el Poder Moral. De igual forma, pide la abolición de la esclavitud, y abogó por la educación como único escudo ante nuevos intentos restauradores.

Ese mismo proyecto de unidad fue asomado por el Libertador en el Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826. En este encuentro diplomático, que se lleva a cabo entre las ya libres repúblicas, Bolívar anhelaba reforzar la unidad ante posibles nuevas arremetidas imperiales, esta vez de la clase dominante de Estados Unidos (EEUU), cuya amenaza asoma nuevamente en 1829, un año antes de su partida.

“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad”, escribió en una carta profética desde Guayaquil el 5 de agosto de ese año.

Foto:ANDES

América Latina Bolivariana

Aunque Bolívar trascendió de plano hace más de 190 años -específicamente en 1830-, su pensamiento, legado y obra siembra precedentes hoy día en el transcurrir de nuestra historia latinoamericana.

El ideal Bolivariano ha inspirado a movimientos, luchadores y revoluciones en América Latina y el mundo entero. El comandante Hugo Chávez levantó las banderas de justicia social proclamadas por Bolívar y puso en marcha a la Revolución Bolivariana en Venezuela en 1999, hoy liderada por el actual presidente Nicolás Maduro. Gracias al empeño de Chávez – inspirado por El Libertador-, el pueblo venezolano ha logrado reivindicar los derechos fundamentales negados durante una pseudo democracia entre los años 1958-1998.

La llegada al poder de este proyecto Bolivariano dio paso a una era de gobiernos progresistas en América Latina a principio de este siglo caracterizados por promover la cooperación y solidaridad entre los pueblos: en Argentina, con Néstor Kirchner en 2003; en Brasil, con Luiz Inácio Lula Da Silva, también en 2003; en Uruguay, con Tabaré Vázquez, en 2005; en Bolivia con Evo Morales, en 2006; en Ecuador, con Rafael Correa en 2007 y en Paraguay con Fernando Lugo en 2008.

De la misma manera, ha sido el pensamiento Bolivariano la pieza clave que se contrapone al actual bloqueo y asedio que afronta Venezuela por parte de EEUU y sus socios de la Unión Europea (UE), que se expresa en más de 900 medidas coercitivas unilaterales.

Frente a estos escenarios, Chávez nunca dudó en convocar a los venezolanos a profundizar en los valores de lucha, resistencia y unidad Bolivariana.

De igual forma, el líder bolivariano levantó la voz por la integración de toda América Latina y El Caribe. Por ello, Chávez está considerado como el arquitecto de la Unidad de Naciones Suramericanas (Unasur), y como el promotor principal de la conformación de un organismo de integración sin la presencia de estados adversarios (EEUU y Canadá), como lo es la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Es bajo los principios Bolivarianos de solidaridad y cooperación que Venezuela puso en marcha en 2005 proyectos energéticos de integración, como Petrocaribe, con el que se financiaban programas de ayudas sociales a los pueblos de esa región, paralizados hoy por las mal llamadas “sanciones” de la Unión Europea y EEUU. Lo mismo sucedió con el programa de salud a niños vulnerables de la Fundación Simón Bolívar de la secuestrada Citgo, refinería venezolana que opera en EEUU. Desde su paralización – por parte de la derecha nacional y el Departamento de Estado-, han fallecido más de 50 niños que esperaban ser atendidos.

El comandante Chávez jamás dudo en encontrar en Bolívar y su legado la esencia para echar por tierra cualquier intento de arremetida imperial en Venezuela y Suramérica.

“Bolívar rompe con el esquema conservador, monárquico, y lanza las primeras y más luminosas y fuertes ideas del republicanismo y el socialismo en estas tierras, además los lanza con una espada en la mano, a caballo, cruzando este Continente, y con un pueblo hecho Ejército Libertador detrás de él y de sus sueños. De ahí la grandeza de Bolívar, nosotros debemos sentirnos grandemente orgullosos, con mucha humildad, pero grandemente orgullosos de ser los hijos y las hijas de Bolívar, uno de los más grandes hombres de este mundo, por los siglos de los siglos, como lo dice García Márquez en esa maravillosa novela El general en su laberinto. ‘Por los siglos de los siglos, uno de los más grandes hombres de la historia del mundo, Simón Bolívar”, llegó a decir Chávez en 2008.

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