Yulimar, saltos de alegría y esperanza 

La reina lo hizo de nuevo. Este lunes, Yulimar Rojas saltó con toda su grandeza y se consagró como la imbatible del salto triple, alcanzando una gran hazaña: convertirse en la primera mujer en conseguir el tercer título mundial consecutivo en esta disciplina.

Los triunfos de los atletas tienen la particularidad de ser victorias compartidas con todo un país. La alegría nos invade cuando suben al podio a colgarse la medalla, y en el caso de esta joven de 26 años, sus logros han sido muchos más de los que quizá ella misma, en aquellos años en los que veía las olimpiadas desde el pequeño televisor de su humilde vivienda ubicada en Pozuelos, estado Anzoátegui, llegó a imaginar.

Como la misma Yulimar destacó a través de las redes sociales, desde su infancia sintió el llamado del deporte. En sus horas de juego, junto a sus hermanos, practicarlo le producía “una emoción muy bonita. Había algo que en esos momentos me decía que yo iba a llegar muy lejos. Yo me esforzaría mucho por lograrlo”, y lo hizo. 

Su máximo momento de gloria llegó aquel 1 de agosto de 2021, al conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

Ese día, Venezuela entera se llenó de júbilo al ver cómo la muchacha de Pozuelos, no solo se colgaba la presea dorada, sino que además, rompía el récord mundial en su disciplina, logrando un salto de 15.67 metros, destrozando así el vigente hasta ese momento de 15.50 metros, impuesto en 1995, el mismo año en el que ella estaba naciendo.

Este 18 de julio de 2022, horas antes de la competición en la que consigue este tercer título mundial consecutivo, Yuli, como cariñosamente le dicen los venezolanos, compartió a través de su twitter un esperanzador mensaje que dice: “Dentro de mí había una fuerza de superación, que me impulsó a entrenar cada día. Donde quiera que leas esto, quiero que sepas que ningún sueño es muy grande, ningún camino se hace de la noche a la mañana, sigue tus sueños, siempre confía”. Y es que estas palabras, sumadas a la felicidad que producen sus hazañas, llenan de certidumbre a una juventud que ha sido salvajemente atacada por una campaña mediática que se empeña en hacerles creer que en su propio país no hay espacios para soñar, crecer, trabajar y triunfar. 

Esta atleta de oro sigue sumando medallas y récords, compartiéndolos amorosamente con todo su país y, pese el ataque de algunos sectores ligados a la derecha, que se empeñan en minimizar sus proezas por el hecho de no sumarse a una campaña contra Venezuela y haber declarado que su familia ha apoyado de manera firme a la Revolución Bolivariana, Yuli sigue saltando más y más lejos, para decir con todo orgullo: ¡Venezuela tiene una leyenda deportiva!

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