Para avanzar, el imperialismo necesita crear división entre países hermanos o localizados en una misma región, y para ello instrumentaliza a un gobierno o varios gobiernos lacayos. Así lo hizo Estados Unidos (EEUU) durante décadas con los gobernantes derechistas de Colombia, quienes siempre buscaron, en mayor o menor grado, socavar a la Revolución Bolivariana.
Con el triunfo del presidente Gustavo Petro en 2022, el panorama dio un giro de 180 grados, y ahora entre Caracas y Bogotá la cooperación y el intercambio se han redimensionado y han llegado a niveles óptimos. Muestra de ello es la invitación a Colombia como país homenajeado a la XIX Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), espacio que se inauguró este 9 de noviembre en El Laguito del Círculo Militar, en Caracas, y que estará activo hasta el 19 del mismo mes.
“Nadie, más nunca nos prohibirá el derecho a querernos y a amarnos, al pueblo de Colombia y al pueblo de Venezuela. Debemos convivir en paz, para que no se siembre en el corazón de nuestro pueblo los antivalores, el veneno del odio, de la xenofobia y de la exclusión. Más nunca”, expresó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien se encargó de inaugurar este evento cultural, que este año lleva por lema “Leer Nos Reencuentra”.
El mandatario refirió que en años anteriores, cuando al país llegaron millones de colombianos escapando del conflicto armado del vecino país, la oligarquía gobernante sembró en el pueblo venezolano el anticolombianismo. “Hasta que llegó un hombre como Hugo Chávez y dijo: ‘Basta ya, Colombia y Venezuela somos un solo pueblo y debemos amarnos’. Es a partir de ahí que se comenzó a sembrar el amor mutuo. Esa es la verdad”, expresó.
Maduro valoró que, durante los 23 años de Revolución Bolivariana, el Estado ideó políticas culturales como la Filven, un espacio de hermandad y encuentro con todos los pueblos del mundo.
“Si no hubiéramos cultivado la visión de la historia insurgente que nos coloca en una situación muy especial, muy diferente al siglo perdido del neoliberalismo. Que nos coloca en una situación cultural de ventaja en el campo de las ideas para plantearnos la construcción de lo grande, de una sociedad verdaderamente humana y solidaria, que cultive los valores de la igualdad y del respeto; y no de una sociedad subordinada y arrodillaba o parte de un juego político de potencias imperiales”, expresó.
Tal y como lo trazó el Libertador Simón Bolívar, la nación neogranadina es hermana inseparable de Venezuela “y por eso fue una buena y feliz idea de que Colombia fuese el país homenajeado de esta XIX edición de la Filven”, afirmó Maduro, quien estuvo acompañado del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, y del viceministro de Fomento para la Economía Cultural, Raúl Cazal, entre otros.
Los mismos llanos y el mismo Caribe
En el evento también estuvo el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, Juan David Correa, quien, tras la firma de un acuerdo con Caracas en materia cultural, condenó los planes divisionistas y neoliberales de los viejos grupos de poder neogranadino que promovían el individualismo y la competencia como única forma de vínculo social en Colombia. A las generaciones “nos decían que si éramos nuestros propios enemigos, si construíamos vecindarios encerrados, si nos olvidábamos de la calle, de las esquinas (…) si nos olvidábamos de los pueblos originarios y preferíamos mantenerlos como anécdota de un pasado, con el cual ya no teníamos vínculos (…) sí hacíamos todo eso éramos bienvenido y el futuro ya era nuestro”, refirió el titular colombiano.
A la clase media colombiana se le educó – continuó- bajo la premisa de que había que atropellar al prójimo para obtener derechos. “Se aceptaba la superioridad y burlarse de la diversidad y la homofobia era un valor (…) y se nos decía que nuestro único destino era irnos del país porque en nuestras sociedades no había futuro, todo era atraso y subdesarrollo”, lamentó el ministro, al tiempo que condenó que al pueblo colombiano se le repetía el “relato de que no teníamos remedio, de que éramos violentos, de que la culpa de nuestros males era nuestro desorden”. Sin embargo, el plan falló y la oligarquía colombiana aún intenta, por todos los medios, instaurar el miedo y el fracaso como único destino de los neogranadinos, dijo.
Esos factores de poder, narró el político, necesitaban el campo vacío como parte de un esquema entreguista transnacional. Por eso, durante los últimos 30 años del siglo XX, “cientos de miles de mis compatriotas caminaron hacia este país, Venezuela, que nació con el nuestro, y que fue otro y que fue el mismo al que vinieron a vivir en sus calles, laderas y campos, y donde encontraron a otros seres que tendieron la mano, a pesar de que todo complotaba contra ellos”.
“Así la hospitalidad, esa bella palabra que nos invita a pensarnos por fuera del deber ser, del lugar privado y sin control alguno sobre nuestro propio saber para darle lugar a otro, se ha hecho sin que medien poderes y políticas. Ese lugar se lo dieron ustedes venezolanos, a miles de colombianos. Y ahora nosotros esperamos seguir insistiendo en nuestra sociedad que los estigmas son la forma recurrente del miedo y del control”, exclamó Correa, quien además recalcó que el presidente Gustavo Petro busca ratificar los lazos entre ambas repúblicas bolivarianas.
“Si fuimos la Gran Colombia, ¿por qué habrían de convencernos de que éramos sospechosos los unos a los otros? ¿Si navegábamos los mismos ríos que se llaman Orinoco o habitábamos el desierto de La Guajira o del Zulia con nuestro palabrero Wayú por qué debíamos emprender ideas guerreristas entre nuestros límites?”, se preguntó, en referencia a los planes bélicos que intentó instaurar la ultraderecha colombiana que mantiene fuertes lazos con EEUU.
Para Colombia, que superó estas barreras y dejó atrás este oprobioso pasado, “es un privilegio poder estar aquí y reivindicar el valor de nuestra amistad, de nuestra lengua compartida, de nuestro horizonte que aparece en nuestros gestos, en la sensibilidad de sabernos próximos, parte de los mismos llanos y del mismo Caribe”, enfatizó. “Nosotros creemos en que cabemos todos, y que nadie puede volver a prohibirnos la capacidad de soñar”.
Entre los invitados internacionales de Colombia están presentes la poeta y escritora Ángela Mavisoy, quien pertenece al pueblo indígena Kamëntšá Biÿá, asentado en el Valle de Sibundoy, en el departamento del Putumayo. Junto a ella participan también los escritores Rodrigo Bastidas, Beatriz Robledo, José Luis Díaz-Granados, Saúl Humberto Gómez Mantilla, Juliana Muñoz Toro, Adelaida Fernández Ochoa, Juan Cárdenas, Vanessa Londoño, Weidler Guerra Curvelo, Óscar Adán y Daniel Pardo.
A ellos se unen más de 50 cultores de las letras provenientes de Argentina, Cuba, Honduras, España, Costa Rica, Irán, Francia, México, El Salvador, Chile, Italia y Uruguay. Igualmente estarán 161 escritores y 67 editoriales nacionales.
El viceministro Cazal refirió que, a propósito del homenaje a la letra neogranadina, en la Filven se podrá adquirir la edición especial por los 100 años del clásico “La Vorágine”, del colombiano José Eustasio Rivera. Y en el evento estará también el historiador Fermín Goñi presentando “Todo llevará su nombre”, que narra los últimos instantes de Bolívar, informó.
Cazal, que también está a cargo presidente del Centro Nacional del Libro (Cenal), recalcó que la XIX salda una deuda con Amazonas, entidad invitada especial que exhibirá su enorme diversidad y legado de nuestros pueblos indígenas.
Igualmente, esta edición de la Filven reconocerá, además, los 190 años de la Biblioteca Nacional de Venezuela y 50 años de la Editorial Vadell. Asimismo, rinde homenajes póstumos a Carmen Delia Bencomo y Domingo Alberto Rangel, ambos escritores nacionales centenarios. El docente, actor, cultor de las letras y dramaturgo infantil, Armando Carías también será reconocido en esta edición.
“El pabellón infantil de esta edición protagoniza en espacio y concepción la jerarquía que tiene la infancia para la Revolución Bolivariana, y siempre tuvimos ferias con pabellón infantil y este año será un barco en el que navegaremos con libros, teatro y danza”, expresó Carías.
Palestina presente
En solidaridad con el pueblo de Palestina – que afronta un recrudecimiento del genocidio por parte del estado sionista de Israel- la Filven honrará a las autoras palestinas Heba Abu Nada, asesinada en octubre pasado tras ataques de Tel Aviv sobre Gaza; y Adania Shibli, a quien la Feria Internacional del Libro de Frankfurt anuló la entrega de un premio por su libro “Un detalle menor”, una necesaria y desgarradora novela que denuncia el día a día de la mujer palestina bajo la ilegal ocupación israelí.
El público asistente podrá participar en cualquiera de las 590 actividades, tales como 200 presentaciones de libros, 210 charlas, conversatorios, foros y conferencias, 100 actividades artísticas por Venezuela y 80 actividades del Pabellón Infantil y Juvenil.
Foto principal: X Filven2023
