Siria denuncia pérdidas mil millonarias por invasión de EEUU

La historia ha demostrado que cuando Estados Unidos (EEUU), y sus aliados imperialistas, emprenden una “misión de liberación” en algún país foráneo, que no es más que una invasión armada, es para saquear sus riquezas. Irak y Afganistán son dos ejemplos de esto, a los que ahora se ha sumado Siria.

En un comunicado emitido este miércoles por la cancillería siria, el gobierno de ese país denunció que las fuerzas de ocupación estadounidenses, y las milicias que operan bajo su mando, han emprendido un operativo de saqueo sistemático y continuado de trigo, petróleo y otros recursos básicos.

Advierte Damasco que dichas hostilidades de EEUU y sus milicias mercenarias han causado pérdidas directas por valor de 25,9 mil millones de dólares, reseña HispanTV.

“Las últimas estadísticas muestran que el valor de las pérdidas directas debido a los ataques de las fuerzas estadounidenses y las milicias y entidades terroristas que operan bajo su mando como resultado del saqueo de petróleo, gas y recursos minerales, ascendió a 19,8 mil millones de dólares”, detalla el comunicado, reseñado por el medio iraní.

De igual forma, agregan que las pérdidas indirectas se ubican en 86 mil millones de dólares. En este reglón entran los contratos de explotación de gas y petróleo que se han dejado de ejecutar desde el 2014, cuando el Pentágono, bajo la excusa de “combatir el terrorismo”, envió tropas a este país.

En cuanto al sector de hidrocarburos, el valor total de las pérdidas, en ocho años, alcanzó los 111 mil 9 millones de dólares.

Las autoridades llaman a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a que tome las “medidas urgentes para detener las violaciones del derecho internacional y las disposiciones de la Carta cometidas por parte de Estados Unidos y sus aliados”.

Siria también exige el fin de la presencia ilegal de las milicias del país norteamericano, la devolución al Estado sirio del control de los campos de petróleo y gas secuestrados. A la vez, pide levantar, de forma inmediata y sin condiciones, las medidas coercitivas ilegales, mal llamadas “sanciones”, que socavan los derechos de los civiles.

El gobierno de Bashar al-Ásad exhorta a Washington mejorar la situación humanitaria y proporcionar las condiciones apropiadas para el regreso voluntario, seguro y digno de los desplazados y refugiados sirios a su patria, movilizados, en parte, como consecuencia de la invasión norteamericana.

Desde el 2011, Siria atraviesa una cruenta guerra civil atizada por las naciones de “occidente”, especialmente EEUU y gobiernos de Europa. Este sector imperial se dedicó a armar y a entrenar a terroristas con el fin de debilitar al gobierno y al ejército sirio. Esto produjo un escenario idóneo en el que prosperó el Daesh, que ahora forma parte de uno de los enclaves a atacar por el ejército sirio.

La inestabilidad que afronta ese país es aprovechada por EEUU para apropiarse de campos de crudo y, a su vez, extraer este recurso a través de pasos fronterizos con Irak, país al que también ocupó ilegalmente desde el 2003.

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