A partir de este lunes 5 de diciembre entra en vigor el embargo de la Unión Europea (UE) a las importaciones del petróleo ruso enviado por vía marítima y el tope a 60 dólares por barril a este mismo producto a navieras con banderas de Estados Unidos (EEUU), Canadá, Japón y Australia y países del bloque europeo.
Este mismo lunes, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, indicó que Rusia está preparando su respuesta ante esta nueva medida agresiva.
“La decisión (sobre medidas de respuesta) se está preparando. Desde luego hay algo que es evidente: no vamos a reconocer ningún tope”, sostuvo Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
“La economía de la Federación Rusia tiene todas las capacidades necesarias para responder por completo a las necesidades y requerimientos de la operación militar especial. Estas medidas no tendrán impacto”, declaró el portavoz, citado por Telesur.
Desde Moscú han advertido que esta sanción generará más inestabilidad en el golpeado mercado energético en “occidente”, luego de las medidas coercitivas unilaterales impuestas a Rusia y a los atentados terroristas contra los gasoductos Nord Stream 1 y 2, del que se sospecha que fueron elementos vinculados a Ucrania.
El embargo afectará el 90% de importaciones europeas de petróleo ruso, unos 730 millones de barriles anuales, según la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
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De igual forma a partir de ahora los operadores europeos, Australia, Japón, EEUU y Canadá no podrán ofrecer servicios de seguro y reaseguro, intermediación u otros servicios financieros a todas las navieras que transporten crudo ruso por encima de 60 dólares.
De esta forma, según indican los líderes de “occidente”, se busca golpear los principales ingresos de Rusia por exportación de crudo, recursos que “usan para alimentar la maquinaria de guerra”, en referencia al operativo militar de desnazificación en las repúblicas populares del Donbás en donde el régimen de Vladimir Zelensky asesinaba a rusoparlantes.
Entre las negociaciones para aplicar esta sanción, Hungría ha quedado exenta, informó este domingo el ministro de Asuntos Exteriores de ese país, Peter Szijjarto.
“Durante las negociaciones sobre el tope del precio del petróleo, luchamos mucho por los intereses húngaros y al final lo logramos: Hungría quedó exenta del tope del precio del petróleo”, escribió Szijjarto en redes digitales. “Una vez más, hemos logrado proteger la seguridad del suministro energético de nuestro país”, agregó.
El diplomático se mostró crítico con esta sanción y dijo que “ya es hora” de que Bruselas se dé cuenta que tales medidas “dañan más a la economía europea”, cita RT.
Ciertamente, la postura de la UE ante Rusia ha sido criticada por el pueblo de esta región, ya que sus habitantes piden más independencia ante la política exterior de EEUU. El llamado “viejo continente” es el que más ha padecido de los efectos adversos de las mal llamadas sanciones con una alta inflación y alza de precios de alimentos y energías.
