Presidentes suramericanos pactan fortalecer la integración

Las potencialidades que tiene Suramérica, en todos los ámbitos, se pierden de vista. Los 12 países que constituyen esta vasta región – que se extiende por más de 17 millones de kilómetros cuadrados – poseen una enorme riqueza energética, mineral y de biodiversidad que la convierten en la quinta economía a escala global.

Asimismo, es una región con una historia y cultura común, en donde, históricamente, se ha interpuesto el diálogo y la negociación ante cualquier diferencia sus naciones.

Bajo este panorama – y asumiendo los desafíos actuales que afrontan el nuevo mundo pluripolar- el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, convocó para este martes 30 de mayo una cumbre con los mandatarios y jefes de gobiernos de los 12 países, con el fin de abordar y planear una iniciativa de integración y unidad en Suramérica, que tome como principio el respeto y el derecho a la autodeterminación de los pueblos; y en el que no tenga cabida la injerencia e intervención foránea.

Así, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Ecuador, Guillermo Lasso; Guyana, Irfaan Ali; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Surinam, Chan Santokhi; Uruguay, Luis Lacalle Pou, Venezuela, Nicolás Maduro; y el presidente de Consejo de Ministros de Perú, Alberto Otárola, firmaron el Consenso de Brasilia que, entre sus nueve puntos, prioriza la unidad e integración latinoamericana.

“La integración regional debe ser parte de las soluciones para afrontar los desafíos compartidos en la construcción de un mundo pacífico”, reza el documento.

Coincidieron que la unidad suramericana es necesaria ya que el mundo enfrenta múltiples retos, “en un escenario de crisis climática, amenazas a la paz y a la seguridad internacional, presiones sobre las cadenas de alimentos y energía, riesgos de nuevas pandemias, aumento de desigualdades sociales y amenazas a la estabilidad institucional y democrática”.

“América del Sur constituye una región de paz y cooperación, basada en el diálogo y el respeto a la diversidad de nuestros pueblos, comprometida con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”, cita el comunicado.

Para afianzar la integración, se comprometieron en mantener los canales de comunicación regulares, a analizar otros mecanismos de unidad y hermandad; y pactaron una próxima reunión que aun no tiene fecha y lugar.

En su discurso de bienvenida, Lula refirió que a principios de siglo, Suramérica superó con éxito varios de los desafíos de entonces – crisis sedicionista en Bolivia, intento de golpe de Estado en Ecuador en 2010 y el secuestro ordenado en 2013 por Estados Unidos contra el avión en el que viajaba el entonces presidente Evo Morales – gracias a la articulación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), esquema integrador que nació en 2007 durante una cumbre similar realizada en la Isla de Margarita, Venezuela, liderada por el comandante Hugo Chávez.

Sin embargo, varios gobiernos derechistas y reaccionarios en la región – que estaban supeditados a los intereses del imperialismo- decidieron torpedar dicha integración y el funcionamiento de la UNASUR. “En Suramérica dejamos que las ideologías nos dividiesen y se interrumpiesen los esfuerzos de integración. Abandónanos los canales de diálogos y los mecanismos de cooperación y, de esta forma, todos perdimos”, lamentó el presidente de Brasil, quien insistió en que la UNASUR aun está vigente.

“Estoy convencido de que necesitamos reavivar nuestro compromiso con la integración de América del Sur (…) los elementos que nos une están por encima de las divisiones ideológicas. Desde la Patagonia y Atacama hasta la Amazonía, desde el Cerrado y los Andes hasta el Caribe, somos un vasto continente bañado por dos océanos, somos un ente humano, histórico, cultural, económico y comercial con necesidades y esperanzas comunes”, expresó.

Lula detalló que el mundo actual naciente multipolar es una oportunidad de oro para reapuntar el crecimiento económico y el bienestar de los pueblos suramericanos. Recordó que su país, Brasil, es miembro del grupo BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que juntos superan al PIB del G7) y consideró necesario la puesta en marcha de una moneda común que deslastre a la región del dólar.

“Mientras estemos desunidos, no lograremos hacer de América del Sur un continente desarrollado en todo su potencial. La integración debe ser un objetivo permanente para todos nosotros. Necesitamos dejar raíces fuertes para las próximas generaciones. Permitir que prevalezcan los desacuerdos tendría un alto costo, además de desperdiciar mucho de lo que ya hemos construido juntos”, dijo el mandatario, quien propuso a las delegaciones presentes un lapso de 120 días para presentar una hoja de ruta integradora.

Integración sin intervencionismo

Durante su intervención, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó a sus homólogos a dejar a un lado las diferencias para poder consolidar la integración suramericana.

“Hoy estamos ante la posibilidad de abrir una nueva etapa (…) pareciera haber conciencia, espíritu y voluntad para abrir una nueva etapa; abramos esa nueva etapa con tolerancia, con respeto, con diálogo. Con respeto, sin intervencionismo (…) el no intervencionismo creo que tiene que ser un principio fundamental”, expresó el jefe de Estado venezolano, quien, al igual que Lula insistió en reavivar a la UNASUR.

Los líderes actuales deben “actuar como estadistas y dar un paso hacia adelante” para llegar a la meta de la integración, añadió Maduro. “¿Qué nos impide tener una agenda de trabajo? ¿Qué nos impide tener una arquitectura básica de funcionamiento? ¿Qué nos impide tener un cronograma permanente?”, se preguntó.

“Pongamos de lado la ideologización y demos pasos adelante con visión de Estado, con visión de altura, para que esta iniciativa, que ha tomado el presidente Lula y que hemos acogido todos con beneplácito, sea el inicio de una nueva etapa, de encuentro, de reencuentro, de reuniones y, ojalá, de unión verdadera de Suramérica”, agregó Maduro.

Nuevos retos

El nuevo eje integrador – del que no está descartado la reactivación de la UNASUR- afrontará nuevos retos, como el de superar las diferencias entre los gobiernos que lo constituyan, el de afianzar una libre movilidad humana y poner en marcha un mercado común para los pueblos, considera el analista e internacionalista venezolano Jeanpier Anaya.

Con la nueva unidad Suramericana se pondría a prueba “la capacidad y flexibilidad que tengan los diferentes gobiernos para adaptarse a estos marcos regionales. Esto necesariamente va a significar ceder en algunos aspectos que se consideran de manera de manejo propio, y el caso más ejemplar es el de la movilidad humana (…) y esto es algo que ha tenido diferentes esfuerzos pero, sin embargo, hemos visto que con el último tema de la migración estos más bien se redujeron”, explica.

No obstante, la nueva era integradora va a tener varias ventajas, si se toma en cuenta “la concentración de mercado, y el aspecto del intercambio cultural, y de creación de industrias culturales”, que permitan fortalecer la imagen e identidad regional, aseveró.

Con respecto a la UNASUR, Anaya no desestima del todo su revitalización, aunque sí asegura que es una tarea muy cuesta arriba, ya que la derecha en varios países se dedicó a torpedear el bloque.

“Es un esquema que se encuentra bastante resquebrajado, y sería un reto para los presidentes volverlo a unir. Es por eso que dentro del espíritu de lo que fue la UNASUR si se puede realizar un nuevo esquema, un nuevo eje que tenga más competencias en el ámbito comercial, en cuanto a infraestructura, que fue uno de los acuerdos de la UNASUR y en el ámbito de la defensa”, considera.

Este nuevo mecanismo “va a tener la necesidad de crearse como un paraguas, que abarque los diferentes proyectos de integración”, añade. El desafío – indica- sería repotenciar figuras que funcionen como los consejos propios de la UNASUR que abarcan diversos ámbitos, tales como defensa, mujer, movilidad, educación, entre otros.

Compártelo: