Desde la llegada de la Revolución Bolivariana, Estados Unidos ha usado a la oligarquía colombiana como principal eje de ataque contra Venezuela.
El triunfo electoral de Gustavo Petro, primer presidente de izquierda en derrotar a la clase política gobernante, ha generado una creciente desesperación en Iván Duque, – presidente que entrega el mando el 7 de agosto- por derrocar a su par venezolano, Nicolás Maduro.
Ante ello, Maduro ha lanzado varias advertencias a las autoridades de su país, entre ellas a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), de la cual es comandante en jefe, tal y como lo estipula la Constitución de este país.
«¡Alerta! Se conspira con terroristas y traidores nacidos en Venezuela para hacerle daño a la Patria, pero ningún crimen es perfecto y nosotros sabremos neutralizar, derrotar y perseguir a los criminales que conspiran contra la paz y la estabilidad», expresó durante un acto de transmisión de mando de la Armada y Aviación Militar, realizado este 26 de julio en la Academia Militar en Caracas.
Hay «asechanzas y amenazas terroristas de última hora» que «se escuchan desde Bogotá contra nuestra amada patria», agregó.
El 2 de julio pasado el mandatario advirtió que el gobierno de Duque insiste en atacar a la red eléctrica así como atentar contra voceros de su gabinete.
“¡Guardia En Alto! Desde Colombia se planifican ataques contra el Sistema Eléctrico Nacional y contra personalidades del Gobierno Bolivariano. ¡Máxima Alerta! Derrotemos las amenazas que desde el gobierno saliente de Colombia, se pretenden contra nuestra Patria. ¡Máxima Moral!”, escribió en Twitter.
Colombia, escenario de operaciones golpistas
Durante más de 20 años Washigton ha visto a Colombia como su aliado perfecta para atentar contra Venezuela.
A principios de junio de este año, el ministro para el Petróleo venezolano, Tareck El Aissami, denunció que desde la Casa de Nariño se planificó un atentado contra el sistema eléctrico de la refinería El Palito, ubicada en Carabobo, una de las principales procesadoras de combustible.
El sabotaje se orquestó «desde Colombia, bajo la anuencia y complicidad del gobierno de Iván Duque», advirtió el funcionario.
Ataques de este tipo se suman a entrenamientos de terroristas venezolanos y colombianos para atentar contra la estabilidad del país.
En 2019, la vicepresidenta Delcy Rodríguez denunció ante la Organización de las Naciones Unidas la existencia de campamentos de entrenamiento de radicales que buscan generar zozobra en su país. A dicha instancia pidió una investigación y para ello entregó coordenadas de estos focos.
Fue desde Colombia donde un grupo de terroristas recibió entrenamiento para atentar contra la vida del presidente Maduro con unos drones, durante un acto público en agosto del 2018.
Asimismo, desde Colombia líderes de la derecha regional y el autoproclamado Juan Guaidó planificaron una invasión en febrero del 2019 en la frontera común, con el pretexto de ingresar supuesta “ayuda humanitaria” a Venezuela, lo que generó la Batalla de los Puentes. Medios internacionales develaron posteriormente que en los camiones, incendiados por terroristas del lado colombiano, llevaban insumos para desestabilizar y no alimentos y medicinas.
En mayo del 2020 se frustró la Operación Gedeón, invasión armada liderada por exmilitares venezolanos entrenados en Colombia, que recibieron respaldo de EEUU.
De igual forma, ha sido en la nación neogranadina la que ha servido de refugio a terroristas, exmilitares golpistas y mercenarios como Lorent Saleh y Leiver Padilla. Este último señalado por planificar el asesinato del líder revolucionario Robert Serra.
