Movimientos sociales, así como organizaciones indígenas y étnicas realizarán este sábado 6 de agosto la investidura popular al presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, un día antes de su acto político oficial.
Con esta actividad, que se celebrará en el Parque Tercer Milenio en Bogotá, se buscará armonizar al nuevo gobierno con espiritualidad ancestral, reseña Prensa Latina.
Líderes y voceros de los pueblos afrodescendientes, indígenas y comunitarios entregarán a Petro el nuevo Mandato Popular, que recoge el sentir y propuestas del pueblo nacido de asambleas populares.
“La importancia de este acto simbólico recae en el reconocimiento de la posibilidad inédita de los sectores populares, no solo de ser gobierno desde las instancias institucionales, sino de abonar el terreno de construcción y constitución del Poder Popular, que permita el ejercicio práctico de una soberanía política, económica y cultural al alcance de todas y todos”, expresaron en un texto, citado por la referida agencia.
El acto es convocado por la Organización Nacional Indígena de Colombia, Congreso de los Pueblos, Comunidades Negras de Colombia y Marcha Patriótica.
Este jueves 4 de agosto, Petro se posesionó ancestralmente ante la comunidad arhuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta. Los Mamos, sabios y guías espirituales de estos pueblos, le entregaron el mandato presidencial.
Los retos de Petro
Cuesta arriba son los retos que afrontará Petro durante su mandato, que comenzará oficialmente este domingo 7 de agosto. El líder del Pacto Histórico hereda un alto índice de pobreza, desigualdad, corrupción y desplazados, generado por décadas de políticas neoliberales a espaldas del pueblo.
Petro deberá acelerar la implementación del Acuerdo de Paz, ya que, según el partido Comunes, el pacto no recibió suficiente apoyo por parte de Duque.
“Tras la firma del Acuerdo en 2016 hasta la fecha, ni siquiera se ha avanzado en la implementación total del punto uno, el cual refiere a la reforma rural integral, por el momento, se mantiene la desigualdad en la tenencia de la tierra y falta de políticas de inversión para sector agroindustrial colombiana”, reseña Telesur.
Asimismo, la falta de garantías para los firmantes es otro de los asuntos espinosos. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) denuncia que en lo que va de año se han asesinado 30 excombatientes y desde el 7 de agosto del 2018 al 1 de agosto de 2022 (período del Gobierno Duque) se registran 261 exguerrilleros asesinados.
Otro caso rodea el Acuerdo de Paz es el de la corrupción. Medios colombianos revelaron una red de malversación de fondos del pacto, que terminaron con la desaparición de 500.000 millones de pesos colombianos en los que estarían involucrados algunos congresistas conservadores.
Pobreza y violencia galopante
La falta de inversión social durante décadas ha dejado una creciente desigualdad en Colombia. Tras cuatro años de gobierno de Duque, la pobreza subió 4 puntos del 2018 a 2022 (pasó de 35 % a 39 %) y la pobreza extrema de 8 % a 12 %.
De igual forma, Petro deberá subsanar las heridas que ha dejado el conflicto armado más longevo del continente, que se ha agudizado durante los últimos años. Entre el 2018 y 2022 Indepaz registra 957 líderes y defensores de derechos humanos asesinados y más de 300 masacres.
En estos cuatro años, el instituto también reseña que se han cometido 50.179 homicidios en toda Colombia, siendo el 2021 el año con más casos de este tipo: 13.873.
De igual forma, los invisibilizados sectores sociales como los afrodescendientes, indígenas y campesinos han sido las principales víctimas del conflicto armado. De ahí el alto respaldo que recibe Petro de estas comunidades.
