Milei y sus medidas económicas “necesarias” que solo golpean a lo más pobres

A solo dos días de haber asumido la presidencia de Argentina, el ultraderechista y autodenominado “anarco capitalista”, Javier Milei ya anunció a través de su ministro de Economía, Luis Caputo, su primer paquetazo que implica una serie de medidas impopulares que el gobierno se ha encargado de presentar como “un mal necesario” para salir de una “crisis heredada”.

En un mensaje televisado, Caputo explicó, según él, los principales problemas económicos que afronta el país sureño: la deuda, la alta inflación, el déficit fiscal y la inestabilidad cambiaria.

“Nuestra misión es evitar una catástrofe. Para eso tenemos que reconocer la génesis de este problema, y es el déficit fiscal. El déficit es cuando se gasta más de lo que se recauda”, dijo Caputo citado por RT.

No obstante, en su transmisión, reconoció que en términos de inflación el país estará “unos meses peor que antes”.

“Es la primera vez en más de 100 años que un candidato (Milei) explica esto, la gente lo entiende y lo votan. Estamos frente a una oportunidad histórica”, aseguró el ministro. Y pasó a enumerar las medidas:

1.- La primera que anunció, y seguro una de las más duras, fue la megadevaluación de 50 % del valor del peso argentino frente. Caputo dijo que la cotización de la divisa estadounidense oficial, cuya compra seguirá restringida por el llamado ‘cepo’ cambiario, pasó de 400 por dólar a 800.

2.- El plan “motosierra” – como lo había denominado Milei durante su campaña- cumplió con lo estipulado y recortó drásticamente los cargos en la administración pública, eliminando la mitad de los ministerios: de 18 quedaron 9. Lo mismo ocurre con las secretarías, que pasarán de 106 a 54, cita el medio internacional.

3.- En esta línea, dijo que todos los contratos de la administración pública que tengan menos de un año serán “dados de baja”.

4.- El recién nombrado titular de Economía pasó la “motosierra” a los subsidios de electricidad y transporte al Área Metropolitana de Buenos Aires.

5.- La transferencia de recursos de la nación a las provincias se reducirá al mínimo.

6.- Se suspende la pauta publicitaria del gobierno nacional por un año.

7.- El ministro anunció – reseña RT- el fin del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), un esquema electrónico que controla y reglamenta el ingreso de mercaderías desde el exterior bajo la órbita de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). A partir de ahora, no se requerirá de la aprobación previa de licencias. “Se termina la discrecionalidad. El que quiera importar podrá hacerlo y punto”, aclaró, citado por dicho medio.

8.- De igual forma, el Estado no va a licitar obra pública nueva y dará de baja las licitadas y que aún no arrancaron.

9.- Se duplicarán los ingresos de los programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y aumentará en un 50 % la Tarjeta Alimentar.

10.- Se mantienen Planes Sociales estipulados en el Presupuesto 2023 y se eliminarán intermediarios.

La lógica del gobierno ultraderechista y llamado “libertario” es que la “crisis” heredada – de la que no mencionan en lo absoluto la astronómica deuda por 57.000 millones de dólares adquirida con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2018 por el expresidente Mauricio Macri- recae por el déficit fiscal. Si gasta más de lo que le ingresa, para financiarse tiene que endeudarse o emitir dinero, y eso va a generar inflación, deuda, pobreza. «Culpa de malos gobiernos», subrayó, cita Página12.

Caputo fue uno de los promotores de pedir recursos al FMI y que en 2018, estando al frente del Banco Central de Argentina, dijo que esa deuda impagable llevaría “tranquilidad a la gente, a los empresarios y a los mercados”.

A diferencia del gobierno anterior, que según él incentivó el déficit fiscal, la administración de Milei hará “lo opuesto», intentando hacer un punto de honor al violento recorte de inversión y pérdida de ingresos para la población.

Durante su toma de discurso, Milei dijo que la herencia recibida “es la peor de la historia”. Para solapar esto, el ultraderechista se propone recortar la inversión en un 5 % del Producto Interno Bruto, que se traduce en 20.000 millones de dólares.

Frente a todo el pueblo argentino, el economista esgrimió la frase: “no hay plata”. Ante el silencio que continuó luego agregó que su plan “motosierra” generará más pobreza y desempleo. Sin embargo, solapó al añadir que este sería el último período oscuro de los argentinos porque después – dijo- vendrá la “prosperidad” prometida.

Luego de la alocución de Caputo, el FMI emitió una declaración que respalda tajantemente las diez medidas neoliberales del nuevo gobierno de Milei.

“Celebramos las medidas decisivas anunciadas hoy por el Presidente Javier Milei y su equipo económico para abordar importantes desafíos económicos de Argentina: un paso importante hacia el restablecimiento de la estabilidad y la reconstrucción del potencial económico del país”, dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en su cuenta de X.

Es ampliamente conocido el prontuario de esta institución en generar crisis y estallidos sociales por sus recetas neoliberales antipopulares, que genera aumento de la pobreza y precariedad, una vez que algún país o nación accede a sus impagables préstamos, con los que son atados a un infinito sistema de créditos indexados.

“El Caracazo”, estallido popular ocurrido en Venezuela el 27 de febrero de 1989 fue un ejemplo de las nefastas consecuencias en Latinoamérica que generan los paquetazos del FMI. Para aquella oportunidad, el entonces gobierno de Carlos Andrés Pérez sucumbió al país en una profunda crisis y para intentar salir a flote pidió dinero al organismo internacional conminado por Washington. A cambio, el ente financiero exigió y condicionó una serie de medidas de recorte que fungieron como carburante para el descontento popular que se extendió por casi toda Venezuela.

Ante esto, el Estado, gobernado por el derechista Pérez, respondió con armas de fuego contra la población que protestaba cercenando la vida de miles de personas. Esta matanza quedó impune y hoy día constituye uno de los momentos más oscuros y tristemente recordados de la historia contemporánea venezolana.

FMI, el reducto predilecto de la derecha

La historia de la deuda argentina tiene más bajas que altas. Durante la genocida dictadura militar (1976-1983) – apoyada por Estados Unidos-, el FMI extendió a Argentina generosos recursos y comenzó a tener injerencia en materia económica. En dos décadas, Argentina le debía al ente financiero 40 veces más de lo que había solicitado: 44.000 millones de dólares. Este compromiso generó inestabilidad en el gobierno de Raúl Alfonsín, quien dejó la Casa Rosada anticipadamente en 1989.

A partir de ahí, los gobiernos neoliberales siguientes dieron la estocada final al sistema financiero en complicidad con el FMI. Así, el país suramericano le dio la bienvenida al siglo XXI con un default que llevó al pueblo a vivir una de las peores crisis, denominada El Corralito. Para ese año, la deuda nacional pasó a 145.000 millones de dólares, lo que empujó a la mitad de su población a la pobreza.

El gobierno de Néstor Kirchner – que formó parte de la ola de gobernantes progresistas y de izquierda en la región, como Hugo Chávez en Venezuela; Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil; Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador- logró saldar la deuda con el FMI, lo que significó el fin de una atadura a unas condiciones inhumanas de pago.

No obstante, con el triunfo del derechista Mauricio Macri, en 2015, Argentina volvió a entrar en la lista de deudores del FMI, al solicitar 57.000 millones de dólares. Con esta deuda tuvo que remar, sin éxito, el hoy exmandatario Alberto Fernández, quien luego de las elecciones pasadas entregó parte a Milei.

El ahora “anarco capitalista” apunta en su lista de culpables de la deuda al peronismo, y con estas recetas radicales – que él denomina “motosierra” en alusión a recortes- pretende buscar “prosperidad” a la nación argentina.

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