La reacción de China ante la provocación de EEUU en Taiwán será asimétrica y no solo militar

Este martes 2 de agosto aterrizó en Taiwán la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EEUU), Nancy Pelosi, parada que ha sido condenada fuertemente por Beijing, ya que vulnera el principio de «Una sola China».

Según la constitución de su país, Pelosi es la tercera al mando luego del presidente Joe Biden y de la vicepresidenta Kamala Harris. Se trata entonces de una visita de un político de alto rango a la isla, hecho que no ocurría desde hace 25 años.

Oficialmente, el itinerario de la política incluía solo Singapur, Japón, Corea del Sur y Malasia. Sin embargo, diversas fuentes venían alertando que el arribo de Pelosi sí ocurriría. En esta línea, el gobierno chino emitió varios pronunciamientos que rechazaban la presencia de la legisladora en Taiwán, territorio que Washington pretende arrebatar a Beijing, al alentar movimientos separatistas.

«La visita de nuestra delegación del Congreso a Taiwán honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán», declaró Pelosi en un comunicado. Detalló que las negociaciones con las autoridades taiwanesas «se centrarán en reafirmar [su] apoyo» a Taipéi y en «promover […] los intereses comunes, incluido el avance de una región Indo-Pacífica libre y abierta», dicta el texto, citado por RT.

La representante norteamericana insiste en que su visita no contradice la política de su país respecto a Taipéi, sustentada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los tres comunicados conjuntos entre China y EEUU y las Seis Garantías, argumento que ha sido rebatido por el gobierno chino, que ha catalogado este hecho como una seria violación a la soberanía de la nación asiática.

«La visita socava gravemente la soberanía y la integridad territorial de China, socava gravemente la base política de las relaciones chino-estadounidenses y envía una señal muy equivocada a las fuerzas separatistas de la ‘independencia de Taiwán», expresa un comunicado de la Cancillería china.

La Oficina de Asuntos de Taiwán del Partido Comunista Chino también cuestionó la injerencia de Pelosi y añadió que cualquier intento de buscar la independencia de Taiwán «será destrozado por la poderosa fuerza del pueblo chino», reseñan medios internacionales.

Desde 1949, China reitera que Taiwán es parte de su territorio. Aunque esta isla mantenga una administración propia, las negociaciones no pasan por encima del gobierno en Beijing.

Desde entonces, y por intereses estratégicos, EEUU mantiene una política de doble discurso con la República Popular  China, ya que no reconoce oficialmente a Taiwán como independiente aunque sí negocia con la isla como si lo fuese.

Reacción china

Los rumores de que Pelosi tenía planificado ir a Taiwán fueron incrementando días antes de que despegara de Estados Unidos. El presidente Xi Jinping advirtió a Joe Biden de que se abstuviera de romper con los acuerdos establecidos entre ambos países desde hace décadas.

El medio Global Times publicó el pasado viernes 29 de julio una reseña donde cita a varios analistas de alto rango en China, con los que emite una serie de medidas y contramedidas en respuesta a la afrenta política y diplomática de Pelosi en Taiwán.

Señalaron que el Ejército Popular de Liberación (EPL), cuerpo militar oficial chino, puede llevar a cabo ejercicios militares a gran escala alrededor de la isla de Taiwán, incluso en las aguas entre la isla de Taiwán y Japón, así como entre la isla de Taiwán y Guam. Los simulacros del EPL también incluirán esfuerzos conjuntos de todas las ramas de servicio, con todos los elementos de combate, incluida la guerra electrónica, los ataques con misiles y cohetes de largo alcance, la toma de la superioridad aérea y el control del mar, el desembarco anfibio, así como el antiacceso y la negación del área contra la interferencia militar externa.

Al cierre de esta nota, el EPL anunció que un ejercicio militar comenzará tan pronto como este jueves 4 de agosto alrededor de la isla taiwanesa.

Previamente se llevaron a cabo simulacros de fuego real en las aguas cercanas a Pingtan, en Fuzhou, Fujian, al este de China (a 125 kilómetros de Taiwán), desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche del sábado 30 de julio.

Los analistas citados por Global Times señalaron que la respuesta militar de China continental será de mayor envergadura y mejorada con respecto a las de la crisis del Estrecho de Taiwán de 1995-96, donde hubo una confrontación militar entre la República Popular y Taiwán, este último con asistencia estadounidense.

Leng Bo, experto del Instituto de Estudios sobre Taiwán de la Academia China de Ciencias Sociales, señaló que esta vez la respuesta militar será mayor que en cualquier otra ocasión: «China no fue lo suficientemente fuerte durante la crisis del Estrecho de Taiwán en 1995-96, pero no dudó en dar una respuesta militar. La respuesta para la situación actual es clara teniendo en cuenta su actual fuerza política y económica… Si esto se puede tolerar, ¿qué no se puede?».

En el siguiente mapa se comparan los ejercicios militares chinos alrededor de Taiwán en 1996 (en cuadros y puntos negros) con los que se realizarán próximamente (cuadros y puntos rojos). La diferencia es enorme.

Wu Yongping, director del Instituto de Estudios sobre Taiwán de la Universidad de Tsinghua, dijo que el telón de fondo de la visita de Pelosi es diferente al de la crisis de 1995-96 -tanto las relaciones entre China y EEUU como la comparación de fuerzas entre China y EEUU y la propia isla de Taiwán han cambiado- y la forma en que la China continental hará frente a la visita de Pelosi será diferente y puede traer consecuencias e impactos más amplios.

Wu señaló que las contramedidas de China continental serán integrales en los ámbitos militar, diplomático, económico y de opinión pública. Con la visita de Pelosi, China puede convertir la situación en una oportunidad para tomar el control de la situación del Estrecho de Taiwán e impulsar el proceso de reunificación, y tal consecuencia deberá ser asumida por la isla y por EEUU, ya que la comunidad internacional también verá claramente la provocación de EEUU y que cualquier acción que China tome es por determinación de defender su soberanía.

El EPL tiene casi 40 años sin participar en guerra alguna, pero tal posición no evita que China sea capaz de tomar posiciones defensivas militares a larga escala, con objetivos nacionales. En una nota editorial del lunes 1° de agosto, Global Times afirma: «En los últimos 10 años, la capacidad de combate de las fuerzas armadas chinas ha mejorado mucho y el armamento y el equipo, el sistema organizativo, el entrenamiento de combate real, la teoría militar y el cultivo de talentos han logrado un progreso histórico».

Ante las capacidades y marcos de maniobrabilidad del ejército chino, no debe desmeritarse una contundente respuesta militar ante la situación propiciada por Washington. Sin embargo, las retaliaciones asimétricas probablemente serán las más ilustrativas de la reacción de Beijing. No olvidemos que la mayor fuerza de China se basa en su capacidad económica, teniendo en cuenta que está en el centro de una compleja dinámica de cadenas de suministro global, de recepción de energía y de agricultura a gran escala.

Además, EEUU le debe a China poco más de 1 billón de dólares en bonos del Tesoro, siendo el gigante asiático el principal acreedor extranjero del país norteamericano. Se trata de una relación de intereses con la que China querrá jugar a su favor en caso de que la crisis escale a límites hasta ahora inusitados en la historia bilateral entre Beijing y Washington.

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