EEUU tacha de «significativamente corrupto» a vicepresidente de Paraguay

La popularidad del presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, sigue en picada en medio de crecientes escándalos de corrupción.

Este viernes 12 de agosto, el gobierno de Estado Unidos (EEUU) acusó a su vicepresidente, Hugo Velázquez, de presunta corrupción.

La acusación de la Casa Blanca lo llevó a la renuncia y abandono de su precandidatura presidencial por el Partido Colorado – organización que comparte con Benítez -, en miras a las elecciones generales de Paraguay programadas para el 2023.

En una entrevista a un medio local- reseñada por RT-, el funcionario indicó que renunciaba para “demostrar su inocencia”. La misma se hará efectiva la semana próxima.

Fue el secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, quien acusó a Velázquez y al asesor jurídico de la entidad binacional Yacyretá (EBY), Juan Carlos Duarte, de ser investigados por su presunta participación en “actos de corrupción significativos”.

Duarte “un estrecho colaborador personal y profesional del vicepresidente Velázquez”, habría ofrecido “un soborno a un funcionario público paraguayo para obstruir una investigación que amenazaba al vicepresidente y sus intereses financieros”, dice el gobierno estadounidense.

Sin embargo, Velázquez dijo desconocer este hecho. “No tengo la más pálida idea porque no estoy investigado en ningún expediente, no tengo ni idea de la acusación, yo jamás mandé a ofrecer nada en ningún expediente que ni siquiera conozco”, dijo, cita el medio ruso.

En la lógica de Velázquez, si EEUU, principal aliado del gobierno de Benítez, lo señala de “significativamente corrupto”, no le queda de otra que dimitir de su actual cargo así como desistir de sus aspiraciones presidenciales.

“¿Cómo tendría autoridad moral para seguir en un equipo que trabaja por causas y por principios?”, cuestionó.

Sin embargo, el zarpazo dolió. EEUU señaló a Velázquez, su esposa y a sus tres hijos, quienes ahora no son elegibles para ingresar al país del norte.

Aunque es muy bien sabido que EEUU no tiene amigos sino intereses, el ahora exvicepresidente dijo: “Siempre me consideré aliado de los ‘americanos,’ voy a buscar acceso a los documentos para que me pueda defender”.

“Luchamos contra nosotros mismos”

No es la primera vez que la corrupción mancha al gobierno de Benítez. El pasado mes de julio, el mandatario confesó ante la prensa, en un silogismo digno de Cantinflas, que el gobierno que lidera era corrupto.

“Nosotros estamos luchando contra nosotros mismos, el Gobierno está con una lucha interna importante. La corrupción permea desde el Ejecutivo a todos los poderes del Estado (…) la lucha es contra nosotros mismos”, señaló.

Sus declaraciones se dieron días después que un supuesto “pastor cristiano”, llamado José Alberto Insfrán Galeano, ingresó a Paraguay sin ser detenido en Migración. Sobre Insfrán pesa una orden de captura por lavado de dinero y narcotráfico y es señalado en el caso “A Ultranza Py”, el mayor operativo antidrogas realizado en este país sureño.

El supuesto líder religioso está acusado de enviar enormes cargamentos de cocaína hacia Europa.

Varios medios locales indican que Insfrán tenía vínculos con Abdo Benítez y el segundo al mando, Velázquez. Incluso circularon fotografías del expastor en compañía del Presidente.

Para ese momento, varios periodistas y expertos políticos denunciaron que la campaña de Velázquez – abanderado presidencial por el partido Colorado- podría haber estado financiada por el terrorismo, narcotráfico y mafias internacionales.

Otro caso de negociaciones turbias en las que se involucró Abdo Benítez tuvo lugar en 2019, cuando su jefe de Gabinete de la Presidencia, Juan Villamayor, se reunió con voceros del autoproclamado “presidente interino” de Venezuela, Juan Guaidó, para pactar el impago de Petropar con Petróleos de Venezuela.

Se trataba de reuniones secretas en las que se iba a pactar la reducción de un 50 % de la deuda total de 300 millones de dólares que le debe Paraguay a la estatal venezolana.

Villamayor fue removido del gobierno de Benítez en 2021 en medio de una crisis política y numerosas protestas –fuertemente reprimidas- por falta de insumos para combatir la pandemia.

Así como con Velázquez, EEUU canceló en febrero del 2022 su visado sin precisar el motivo.

La familia de Abdo Benítez está muy vinculada al dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), período en el que se cometieron masivas violaciones de Derechos Humanos.

El apodado “Marito”, para diferenciarlo de su padre, exsecretario privado de Stroessner, ha sido uno de los líderes de la derecha regional que, junto a los expresidentes de Chile, Sebastián Piñera; y Colombia, Iván Duque, apoyó desde territorio colombiano el intento de invasión a Venezuela, bajo el pretexto de “ayuda humanitaria”.

Elegido como presidente por el partido Colorado, Benítez asumió en el 2018 y, tras varios casos que manchan su gestión, su popularidad cayó precipitadamente a finales del 2021. Según un ranking de presidentes con más rechazo en América Latina de Real Time Data – difundido por varios medios-, el actual mandatario paraguayo lideraba la lista con 82 % de desaprobación, seguido de Alejandro Giammattei de Guatemala , con 79%, y el entonces jefe de Estado de Chile, Sebastián Piñera, con 72%.

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