EEUU admite que usa a Ucrania como laboratorio bélico

Aunque los medios hegemónicos y gobiernos del llamado “occidente” no lo admitan, Ucrania no parece avanzar en su “contraofensiva” en el conflicto con Rusia.

Presidentes, jefes de Estados, líderes políticos, movimientos y organizaciones sociales de varias tendencias políticas le han pedido al régimen neonazi de Volodimir Zelensky que acepte la vía del diálogo propuesta por Moscú para que cese el conflicto. A la par, estos sectores le exhortan a Estados Unidos (EEUU) y Europa no enviar más armas a Kiev para evitar más derramamiento de sangre.

Sin embargo, a los factores occidentales involucrados – ultraderecha ucraniana, EEUU, Unión Europea, la OTAN y corporaciones de armamento- no les interesa asentar la paz, ya que han tomado a Ucrania como un campo de experimentación de nuevas tecnologías bélicas y de inteligencia artificial, sin importar la vida de los que luchan y de los pueblos afectados.

Durante un panel de la Fundación e Instituto Presidencial Ronald Reagan realizado esta semana, la subsecretaria de Defensa para Estrategia, Planes y Capacidades de EEUU, Mara Karlin, admitió que “inevitablemente” los países aprenden cuando hay guerra.

“Lo vimos cuando nuestras tropas estaban en Irak y Afganistán. La gran innovación que se estaba produciendo porque eran capaces de tomar ciertas cosas, ponerlas en un campo de batalla y averiguar cómo hacer ciertos cambios y aplicarlos”, comentó Karlin, citada por RT. “Ese tipo de ciclo es tan crítico, por lo que, obviamente, Ucrania es un laboratorio de aprendizaje para la innovación militar”, reveló sin escrúpulos la funcionaria.

En la confrontación con Rusia, Karlin sostuvo que Ucrania está utilizando tecnologías de inteligencia artificial que, según ella, son de ayuda para el régimen de Zelensky, especialmente a la hora de realizar maniobras militares.

RT agrega que no es la primera vez que la subsecretaría califica al país de Europa del este como un laboratorio de experimentación militar. En agosto pasado dijo algo similar, lo que hace ver que tanto su país como otras naciones de Europa rebajan a Ucrania al punto de considerarla un campo de pruebas en ámbito bélico.

Además de las vidas comprometidas, la ola migratoria que conlleva y la inestabilidad en los precios de los alimentos, ese llamado “experimento” militar que “occidente” busca no parar, ha sido muy beneficioso económicamente para el régimen de Kiev y las corporaciones armamentistas. El conflicto es la excusa perfecta para que Zelensky y dichas corporaciones se conviertan en destinatarios de millonarias sumas de dinero de los contribuyentes estadounidenses que son enviadas como “ayudas” a Ucrania, o son usadas para comprar más misiles, tanques, metralletas y granadas a grandes firmas.

Chantaje por 24 billones más

Desde febrero de 2022, cuando comenzó el operativo ruso para detener el genocidio étnico por parte de ilegales tropas neonazis armadas y financiadas por Zelensky, EEUU ha enviado a Ucrania 24.5 billones de dólares en “aportes” financieros, 44.9 billones de dólares en armas y otros 3.7 billones en insumos de “ayudas humanitaria”, según datos de Kiel lnstitute for the World Economy que recopiló información hasta julio pasado, informan varios medios.

A eso se suma lo que la UE ha entregado a Ucrania como aportes financieros, unos 82.1 billones de dólares, más otros 5.9 billones de dólares en armamentos. Además, a las cuentas faltaría agregarle los 18.1 billones de dólares que ha destinado Alemania al régimen neonazi ucraniano, también en materia militar.

A pesar de todas estas cuantiosas “ayudas”, Zelensky exige a su “aliado” estadounidense más dinero. Desde hace unos días, el mandatario ucraniano se trasladó a EEUU para acusar a Rusia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y en la Asamblea General, que se encuentra en su 78° período de sesiones. Además, fue a Washington a exigir al Congreso de ese país otra avanzada de 24 billones de dólares.

“Si no recibimos ayuda, perderemos la guerra”, chantajeó Zelensky en una reunión a puerta cerrada con senadores, según cita EFE.

Varios medios informaron que la presencia del mandatario ucraniano causó incomodidad entre los senadores y representantes del ala más ultraderechista del Partido Republicano que se niega a seguir enviando armas y dinero a Kiev.

Lealtad al dinero

Pero las lealtades de “occidente” a Ucrania tienen su límite cuando de intereses económicos se trata. Polonia anunció el pasado 21 de septiembre que ya no enviará más armas a Ucrania debido a un impasse entre ambas naciones provocado por la prohibición del gobierno de polaco de importar grano ucraniano que se vende barato, lo que generó un desplome en los precios de productores locales.

Polonia, que fue hasta hace poco un fuerte aliado de Kiev, impuso este veto temporal, tal y como lo hicieron varios países de la UE que prefieren proteger a sus productores que “apoyar” a Ucrania.

En medio de esto, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, dijo a la prensa local que ahora prefiere armar a las fuerzas armadas de su país en vez suministrar armamento a Ucrania.

Las empresas armamentistas de EEUU también sacan provecho de este “laboratorio experimental” militar en el que han convertido a Ucrania. Un artículo de El Economista de México informa que las acciones que más suben en Wall Street son las de Northrop Grumman, principal fabricante de buques de guerra en norteamérica, con un rendimiento de 14.32% desde el inicio del conflicto bélico.

En la lista le sigue Lockheed Martin, el mayor contratista militar del gobierno estadounidense, con 12.93 %, Honeywell con 9.99 %, General Dynamics con 6.77% y Boeing en un 2%.

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