Gira del presidente Maduro por países de Eurasia

Diplomacia bolivariana en acción dentro de un contexto global de cambio

Afianzar relaciones diplomáticas con países tan disímiles en lo ideológico como en lo político, es un signo del pragmatismo en el que se desenvuelve el Estado venezolano, tanto en el campo de la diplomacia como en las relaciones económicas

En pleno sismo global, en el que se reconfigura el mapa de las relaciones internacionales luego de las reacciones imperiales contra Rusia, a raíz de su operación militar especial en el Donbass, Venezuela también mueve sus piezas en el gran tablero del mundo y decide participar como sujeto activo de la geopolítica contemporánea.

Por ello, el presidente Nicolás Maduro partió en una gira a afianzar algunas relaciones que suponen una movida conjunta para pisar fuerte en el escenario internacional desde la doctrina diplomática bolivariana, al mismo tiempo que se logran convenios en áreas estratégicas para el desarrollo económico-financiero, científico-industrial y político-técnico desde la bilateralidad.

El presidente venezolano primero fue a Turquía, un país OTAN, para consolidar la III Comisión Mixta de Alto Nivel (la primera se estableció en 2018) con una serie de acuerdos en sectores importantes para ambas naciones. Este país, bisagra entre Europa, Asia y África, ha jugado distintos papeles en diferentes escenarios; con respecto a Venezuela, existe una relación pragmática que incluye marcos de cooperación en el terreno de las finanzas, la agricultura, los hidrocarburos y el turismo.

Que la República Bolivariana afiance sus relaciones con un país tan disímil, tanto en lo ideológico como en lo político, es un signo del pragmatismo en el que se desenvuelve el estado venezolano en el campo de la diplomacia y las relaciones económicas y financieras.

Con el mismo ánimo llegó el primer mandatario venezolano a Catar y Azerbaiyán, donde se llegaron a nuevos acuerdos para el desarrollo agrícola, turístico, energético, científico y tecnológico, económico y financiero. El primero es un estado con las terceras mayores reservas de gas en el mundo; el segundo es una potencia petrolera y agrícola con un rol significativo en la región caucásica.

Otro de los objetivos de la gira consistió en apuntalar las relaciones con países miembros de la OPEP. Argelia forma parte de esta desde 1969 y Kuwait es, con Venezuela, uno de los estados fundadores. En este último país el presidente Maduro conoció al próximo secretario general de la organización petrolera, Haitham Al-Ghais, una reunión clave en vías a la coordinación y la determinación de próximas políticas energéticas.

Por último, se debe destacar la parada en Irán. Los lazos de hermandad antiimperial y la cooperación petrolera fueron los puntos nodales de las reuniones entre el presidente venezolano y los dirigentes iraníes, entre ellos el presidente Ebrahim Raisi y el ayatolá Alí Jameneí. Esta relación ha sido clave para Venezuela pues ha ayudado a sortear las dificultades en la industria petrolera nacional con el apoyo técnico de la República Islámica.

De esta manera, la gira venezolana en Eurasia y África otorgó una dimensión no solo geopolítica, sino también cooperativa para el beneficio mutuo entre la República Bolivariana y los demás países visitados. Así, se consolida el hecho de que la diplomacia bolivariana funciona como un eje fundamental en la dinámica global y a favor de la mayor suma de felicidad posible para los pueblos del Sur Global.

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