Precios del gas se disparan y crecen desacuerdos dentro de la UE

Uno de los temas que no ha sabido sortear con éxito Europa en el conflicto Rusia-Ucrania ha sido el precio del gas. Y es que la insistencia de imposición de sanciones, así como la subordinación del bloque ante la política exterior de Estados Unidos, ha tenido un efecto búmeran nada deseable.

Es así como este martes 26 de julio los precios del gas se dispararon a tarifas históricas. Según reporta la bolsa londinense, para la fecha la tarifa del metro cúbico de gas superó los 2.000 dólares por 1.000 metro cúbico, algo que no había ocurrido desde el 9 de marzo.

El medio RT reporta que aunque los futuros con suministro en agosto en el mercado neerlandés TTF abrieron la jornada a 1.891,4 dólares por 1.000 metros cúbicos (un aumento de un 1,5 % frente al precio de liquidación del lunes, 1.862,7 dólares), “las cotizaciones se aceleraron, cruzando a las 06:40 GMT, el umbral de los 1.900 dólares por 1.000 metros cúbicos y superando a las 08:48 GMT los 2.000 dólares”.

Este escenario antecede al anuncio de la estatal Gazprom sobre la paralización de otra turbina Siemens en la estación de compresión de Portovaya del gasoducto Nord Stream 1, debido a trabajos de mantenimiento.

«Debido a la finalización del período máximo de funcionamiento entre revisiones previas a la reparación general […], Gazprom detiene el funcionamiento de otro motor de turbina de gas Siemens en la estación de compresión de Portovaya», señaló la compañía en un comunicado.

De este modo, a partir del miércoles 27 de julio, la capacidad diaria de esa estación de compresión de gas será de un máximo de 33 millones de metros cúbicos, en comparación con los 67 millones de metros cúbicos actuales.

Foto: @GazpromEN

Efecto no deseado de las sanciones

Debido a las sanciones, Gazprom está suministrando a Europa solo el 40% de su capacidad total, ya que Canadá no ha devuelto una turbina alemana Siemens que estaba siendo reparada en el país norteamericano. Esto conllevó a que la empresa rusa redujera de 167 millones de metro cúbicos de gas (mcm) a 100 y posteriormente a 67.

Esta no sería la primera afectación de paso de gas ruso hacia Europa por el Nord Stream 1, principal vía del recurso hacia Europa. El 21 de julio, Gazprom reanudó el suministro tras diez días de labores de mantenimiento.

Sin embargo, Moscú ha insistido en que el gobierno ruso no está dispuesto a cortar la venta de gas a Europa, y que la imposición de sanciones sin sentido podría ser un arma de doble filo.

“Rusia no está interesada en en cortar el gas a Europa. Rusia es un suministrador responsable de gas pese a lo que se diga en la Comisión Europea, las capitales europeas y Estados Unidos. Rusia ha sido y sigue siendo un país que garantiza gran parte de la seguridad energética de Europa, pero si Europa continua el camino de adoptar restricciones y sanciones sin sentido que la afectan a ella misma, la situación será diferente”, ha dicho Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin.

Discordia entre socios

La fuerte dependencia energética de Europa, así como su postura frente a Rusia, ha generado fuerte discordia entre socios. Tal es caso de la Comisión Europea con España.
Ursula Von der Leyen, que dirige la comisión, pidió a los 27 países del bloque a que ahorraran gas, concretamente un 15%, para que «Europa pueda pasar con tranquilidad al menos este invierno».

«Rusia nos está chantajeando y Europa debe estar preparada», espetó Von der Leyen, quien instó a los gobiernos del sur europeo a “colaborar” con los vecinos del norte y ser «solidarios».

Desde España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, respondió a la vocera inconforme. Sánchez afirmó que «no se pueden aceptar imposiciones sin debate ni consultas”. “El Gobierno trabaja para aumentar su contribución de solidaridad europea enviando todo el gas que podamos, pero he de decir que defenderemos nuestros intereses frente a soluciones impuestas que además no son eficaces», agregó, citado por medios internacionales.

Sin embargo, durante una reunión extraordinaria en Bruselas, los 27 estados del bloque alcanzaron un acuerdo que estipula reducir el consumo de gas en un 15 %, en comparación con su consumo medio en los últimos cinco años, entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023.

En el pacto – según informan los medios- se han incluido excepciones para países como España, que no eran partidarios de la medida puesto que sus importaciones de gas ruso son residuales.

Otros críticos al acuerdo han sido los gobiernos de Irlanda, Italia, Grecia o Malta, ya que indicaron que el acuerdo incluyó a todos los países por igual, sin contemplar particularidades.

Hungría, que se ha opuesto abiertamente a las sanciones contra Moscú, es otras de las naciones que no está dispuesta subordinarse a los intereses de ejes occidentales.

Es así como el ministro húngaro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, estuvo el jueves 21 de julio en Moscú para negociar la compra de cientos de millones de metros cúbicos de gas natural.

«La compra de setecientos millones de metros cúbicos adicionales de gas natural, además de los contratos ya firmados, es necesaria para garantizar la seguridad energética del país en los próximos meses», explicó Péter Szijjártó.

El gobierno ruso ha insistido en que el operativo especial en Ucrania solo ataca blancos militares. La avanzada, que comenzó en febrero de este año, se dio por petición de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, regiones víctimas de ataques a civiles por parte del gobierno ucraniano

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