En los últimos tres años, la economía venezolana se ha fortalecido gracias a la producción nacional y a la articulación entre las políticas de Estado y el sector privado comprometido con el país. Hoy esta nación caribeña registra niveles de abastecimiento que no se habían experimentado desde hace 40 o 50 años, expresó el presidente de la República, Nicolás Maduro, en días reciente durante un balance económico ofrecido desde el palacio de Miraflores, Caracas.
“Nosotros estamos dando una batalla para terminar de vencer la guerra económica, hemos tenido buenas victorias frente a la guerra económica en estos años, desde el inicio de la pandemia”, expresó el mandatario.
El saboteo económico comenzó a incrementarse desde el año 2013, desde el fallecimiento del comandante Hugo Chávez. En esa oportunidad los sectores empresariales se articularon para reducir la producción y trazas estrategias de ataque a la moneda y generar la hiperinflación. El objetivo final era generar una crisis social que justificara una intervención foránea, y con ello, acabar con el Gobierno Bolivariano.
Para aquel entonces, y en medio del bloqueo y acciones violentas de calle – como las guarimbas del 2014 y 2017- se “recrudecía la guerra económica y nosotros recrudecíamos nuestra resistencia heroica, nuestro batallar, nuestra conciencia, nuestro esfuerzo, nuestro trabajo como pueblo, como nación, como país, logrando cada vez mayores niveles de unión para la acción productiva concreta y verificable”, refirió Maduro.
Una muestra de ello, es que Venezuela cerró el 2022 con un crecimiento por encima del 15 % del Producto Interno Bruto (PIB), el mayor de América Latina y El Caribe.
Para el fin del pasado año, también se constató incremento en la elaboración y procesamiento de diferentes alimentos que componen la canasta alimentaria de los venezolanos. La producción de aceite creció en 13.9 %; arroz en 30.9%; atún enlatado en 77%; azúcar en 33%; café en 18%; carne de bovino en 38%; leche 25 % y pollo en 22 %.
El sector industrial también mostró signos de mejoría. Por ejemplo, la producción de papel subió en 169 %, neumáticos en 89% y calzado en 23 %. A esto se suma que en ese mismo año, Venezuela registrada un crecimiento en emprendimientos bastante considerable, con 500.000 nuevos proyectos del mediano y pequeño sector comercial.
Los índices anteriores descritos, impactaron positivamente en el sector interno, llevando el desabastecimiento de alimentos hoy día a niveles inexistentes. De esta forma, para el 2017 la escasez se ubicaba en 80%, luego comenzó a caer sucesivamente y en 2018 bajo a 75%; en 2019 a 54%; en 2020 se degradó a 29 % y 2021 al 11 %. Para el cierre del 2022, este indicador quedó en 3% y actualmente Venezuela registra, más bien, un sobreabastecimiento.
En cuanto a medicinas, el presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica (Cifar), Tito López, indicó que el abastecimiento de estos rubros se ubicaba, en agosto del 2022, en un 96 %, muy lejos del registrado en 2015 cuando apenas llegaba al 20 %, aun y cuando el Estado había otorgado ese año 450 millones de dólares a varias empresas privadas para importar estos insumos.
En una entrevista reciente, López ofreció una entrevista al canal privado Globovisión en la que dijo que espera que para fin del 2023 este sector crecerá entre un 6% y 8 % con respecto al año anterior. El también tercer vicepresidente de Conindustria (Confederación Venezolana de Industriales) admitió que el sector industrial obtuvo en 2022 una recuperación alrededor del 21%.
“Nosotros hemos hablado de un desabastecimiento por fallas puntuales entre 5% y 6%. Hace cinco o seis años atrás teníamos hasta un 80% en falta de medicamentos. Hoy día tenemos mucha más» cobertura, dijo López, citado por el referido medio.
Pero esta nueva realidad es producto de varias acciones del Gobierno Bolivariano, que no escatima en el diálogo con todos los sectores del país, entre ellos el empresariado privado que apuesta al desarrollo. También han tributado las carteras de créditos para emprendedores y trabajadores del campo, las acciones del Estado Mayor de Alimentación, el impulso de la Misión Alimentación y Gran Misión Agro Venezuela. Además, están las Ferias del Campo Soberano, las Casas de Alimentación, la puesta en marcha de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) – que atiende a 7 millones de familias- y el Plan Nacional Proteico.
“Lo hemos logrado producto del trabajo unitario, producto del esfuerzo coordinado, producto de la articulación productiva, y producto del trabajo de ustedes, miles, millones de manos que siembran, que abren el surco, que producen, que trabajan”, dijo Maduro durante el balance del pasado jueves 22 de junio.
La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) proyecta para Venezuela un crecimiento económico de 5.5 % para el 2023, el promedio más alto de la región. En estos pronósticos también se alienan instituciones rancias ultraderechistas como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, el país aun afronta retos a superar, en medio de 930 Medidas Coercitivas Unilaterales, mal llamadas sanciones, que han impuesto Estados Unidos y la Unión Europa, agresiones que constituyen un feroz bloqueo y que están políticamente motivadas. Estas medidas extorsivas están enfocadas el área petrolera; y una de las consecuencias ha sido la restricción y persecución de buques que importan repuestos y maquinarias a las refinerías e insumos para el procesamiento de gasolina y combustible al mercado interno.
