Hasta la victoria siempre, Hebe

Para el dramaturgo, poeta y militante alemán, Bertolt Brecht, aquellas personas que luchan toda la vida son las imprescindibles. Y para los pueblos del mundo que batallan todos los días contra la injusticia, Hebe de Bonafini es una luchadora incansable e imprescindible.

“Siempre se van los imprescindibles, pero quedan los discursos, y si los escuchas, son unos libros, libros de política”, llegó a decir recientemente la histórica presidenta de la Madres de la Plaza de Mayo, quien partió de este plano el domingo 20 de noviembre en La Plata, Argentina, a sus 93 años.

En esa entrevista, realizada por el Ministerio de la Cultura de Argentina el 6 de octubre pasado, en el Centro Cultural Kirchner, Bonafini recordaba varios aspectos importantes de su vida. En especial, rememoró un encuentro con una joven adivina que le dijo que perdería a toda su familia.

“Yo no creo en las adivinas pero esa mujer me dijo eso. Y la perdí nomás. La perdí, por poner una palabra prudente”, reflexionó Bonafini, quien en 1977 y tras el secuestro y desaparición de sus dos hijos varones, Jorge y Raúl, salió a las calles, junto a varias madres, a clamar justicia y a condenar el cruento régimen liderado por Jorge Rafael Videla, que gobernaba a Argentina con puño de hierro, bajo el amparo de Estados Unidos.

La feroz dictactura no solo asesinó y despareció a los hijos de Bonafini, sino a miles de jóvenes cuyas madres comenzaron a exigir justicia por todos ellos, cada tarde en la céntrica Plaza de Mayo en Buenos Aires, frente a la Casa Rosada, sede de gobierno.

“Nos empezamos a juntar en la plaza. Hasta que un día vino la policía nos pegó y dijo: ‘Caminen’, y nos agarramos del brazo y empezamos a caminar de a dos”, recordó.

Así, comenzó una acentuada persecución de la dictadura que buscó, por todas las vías-incluso el asesinato de varias de ellas-, acabar con este movimiento de mujeres luchadoras que tomó cada vez más forma, y en 1979 fundaron Madres de Plaza de Mayo, principal organización social que denunciaba torturas, persecución y asesinato de jóvenes y militantes de izquierda. Las Madres lograron, gracias a su perseverante tarea, poner tras las rejas, en 1985, a los altos mandos militares que comandaban la dictadura.

Lo que las movían a la plaza, contaba Hebe, era “la ilusión y la esperanza” de poder ver a sus hijos de vuelta. “Éramos tan idiotas, que no nos dábamos cuenta. No entendíamos nada de lo que pasaba. Llevábamos una bolsita siempre a la comisaría (…) nos preocupábamos. No teníamos la más pálida idea de las torturas (…) y no queríamos leer (a la prensa) si no sabemos lo que nos hicieron a nuestros hijos, no vamos a tener fuerza para luchar. Tenemos que saber lo que es capaz de hacer el enemigo, para no parecernos a él, para empezar, para saber quiénes son”, exclamó.

“Fue muy duro empezar a darnos cuenta de las torturas y de los campos de concentración. Al principio éramos muy inocentes y no pensábamos que los iban a matar de ninguna manera y este país no salió a las calles”, recordó.

En sus más de 43 años de lucha, las Madres de Plaza de Mayo, caracterizadas por un pañuelo blanco en la cabeza – que evoca la ausencia de los hijos desaparecidos- no ha desmayado y, aunque la dictadura quedó atrás, Bonafini junto a otras madres, trascendieron su batalla durante muchos años y levantaron las banderas en contra del neoliberalismo opresor.

Recordó que aunque se superó aquella etapa oscura, nunca se debe bajar la guardia, ya que la derecha siempre está al acecho para socavar el bienestar del pueblo.

“¿Qué hicimos cuando todo estaba bien? Nos quedamos en casa, pero las Madres no, siempre estábamos en la plaza. Y nos decían: ‘Ustedes están locas, ¿para qué van a la plaza?’. La Vida no está comprada, y como estábamos bien, en vez de cuidar lo que teníamos, no lo cuidamos, por eso pasó, por eso ganó (Mauricio) Macri, porque no cuidamos lo que teníamos. Nos enseñaron a que nos dieron un montón y no nos enseñaron a cuidarnos, y eso tiene que estar en cada uno de nosotros, tenemos que saber cómo se cuida lo que tenés, no cuidándote vos sino cuidando a los otros”, dijo.

En la entrevista, Bonafini valoró siempre su amistad con el futbolista Diego Armando Maradona y los líderes y expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, a quienes catalogó como amigos invaluables y como máximos referentes que incursionaron en la política para dar el máximo por un pueblo.

“La política es dar, no es pedir (…) Néstor tenía algo diferente. Siempre recuerdo que cuando asumió, que se lanzó, se zambulló de cuerpo entero, vi la expresión más grande, dijo: ‘estoy con mi pueblo”.

En esa conversación, Bonafini manifestó su preocupación por la falta de referentes de las nuevas generaciones de su país, que luchan en la política para evitar la repetición de la violación a los derechos humanos. “Y a mi me duele eso (…) a los jóvenes no hay que abandonarlos ahí”.

Las Madres de Plaza de Mayo, lideradas por Bonafini, acompañaron a movimientos y revoluciones en el mundo entero. Nunca dudó la presidenta en apoyar a la Revolución Cubana, impulsada por Fidel Castro, así como a la Revolución Bolivariana en Venezuela, liderada por el comandante Hugo Chávez, quien siempre mostró admiración y respeto por Bonafini.

“Las Madres de Plaza de Mayo, un grupo de mujeres que desde hace 30 años se ha venido convirtiendo en el referente fundamental de la dignidad, de la batalla por la justicia, la liberación del pueblo argentino”, expresó Chávez en 2007 en un acto en Buenos Aires. “Desde todos los lugares de nuestra América, gracias Hebe. Es admirable el ejemplo de Madres de Plaza de Mayo, 30 años en la búsqueda, en la lucha, entre el llanto, entre la esperanza y, sobre todo, bañándonos de ejemplo y amor”, agregó.

Tras su partida, la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, manifestó su pesar. “Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”, escribió en su Twitter.

En esta misma línea se expresó el mandatario Alberto Fernández. -Bonafini- “enfrentó a los genocidas cuando el sentido común colectivo iba en otra dirección. Con enorme cariño y sincero pesar, la despido. Hasta siempre Hebe”, escribió en la red digital.

Asimismo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, también lamentó la muerte de Hebe, a quien catalogó de “mujer luchadora y profundamente revolucionaria”.

“La Patria Grande honra a una valiosa mujer, luchadora y profundamente revolucionaria que hoy 20 de noviembre, se hace eterna. ¡Grande Hebe de Bonafini! Estarás por siempre en los corazones del pueblo venezolano y latinoamericano! ¡Te recordaremos eternamente!”, expresó Maduro.

Aunque Bonafini se preocupaba por la falta de referentes en la juventud actual, quizás no se dio cuenta que su lucha por más de 40 años en contra del salvaje neoliberalismo y violación de derechos humanos, es el más ejemplificante legado en las generaciones que están por venir.  Hasta la victoria siempre, Hebe.

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