ALBA-TCP, ejemplo de integración a favor de los pueblos

La hermandad y solidaridad entre los pueblos hermanos de América Latina y El Caribe debe ser sólida, sin fronteras y condiciones. Así lo plantearon y defendieron durante toda su lucha los líderes revolucionarios Hugo Chávez y Fidel Castro. Es por ello que el 14 de diciembre del 2004, ambos fundaron la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), un poderoso mecanismo unificador, con el que se trazan acuerdos en distintas áreas. Todo con el fin de fortalecer y promover el desarrollo social y económico compartido, a la vez de contrarrestar el avance del capitalismo destructor.

Esta poderosa alianza, que nace también como respuesta al intento de Estados Unidos de imponer en la región su modelo neoliberal perjudicial, bajo una supuesta “Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)”, se guía por los principios de beneficio común y solidaridad que signaron a los próceres y libertadores Simón Bolívar, José Martí, San Martín, Antonio José de Sucre, Bernardo O’Higgins, Alexandre Petión y muchos otros.

En la III Cumbre de las Américas, realizada en abril del 2001 en Quebec, Canadá, el entonces presidente Chávez, sentó posición contra el ALCA y en diciembre del 2001 en la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), en la Isla de Margarita, Venezuela, el líder bolivariano planteó la idea del ALBA como un espacio de integración social, económica, política y cultural de los pueblos de la región.

Así, en 2004 nace el ALBA, mediante la suscripción de una Declaración Conjunta y el Acuerdo por parte Chávez y Fidel, quienes lograron deponer el ALCA, propuesta que falleció formalmente en la Cumbre de los Pueblos en Mar del Plata, Argentina, en noviembre del 2005, cuando una multitud grito, “¡ALCA…Al carajo!”.

Con la integración de Bolivia, en 2006, bajo la conducción del líder indígena Evo Morales, se incorpora el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) que guía un justo intercambio y complementariedad económica.

Además de Cuba, Venezuela y Bolivia, al ALBA-TCP se han sumado Nicaragua, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Granada y San Cristóbal y Nieves. Anteriormente estuvieron Ecuador y Honduras, pero las derechas en esos países se encargaron de sabotear y retirarlos del bloque.

Entre los logros de la alianza están la declaración de Venezuela (2005), Bolivia (2008) y Nicaragua (2009) como Territorios Libres de Analfabetismo, gracias a la aplicación de procesos educativos guiados con el método cubano de alfabetización “Yo sí Puedo”, que ha sido exportado por la Revolución Cubana a más de 30 países y que ha beneficiado a diez millones de personas a escala global.

Con el ALBA-TCP se ha podido llevar a sus pueblos la “Misión Milagro”, un programa en materia de salud que programa y realiza intervenciones quirúrgicas oculares de forma gratuita. Así, más de 5.000.000 de personas de escasos recursos han podido recuperar su visión, se han podido realizar más de 27.000.000 de consultas oftalmológicas y se han entregado más de 41.000.000 de anteojos, reseña Telesur.

De igual forma, como parte del Estudio Clínico Genético Psicosocial aplicado a personas con discapacidad, se han podido identificar a más de 1.000.000 de personas desprotegidas en seis de los Estados miembros del bloque, a quienes en su mayoría, se les entregó una cifra muy similar de ayudas técnicas como prótesis. A través de este programa se han ofrecido más de 2.000.000 de consultas sin costo alguno.

En materia de salud también se han podido formar a más de 29.600 jóvenes de América Latina y El Caribe, así como África, en programas de medicina integral comunitaria – que priva una vocación social y humanitaria- en la Escuela Latinoamericana de Medicina, con sedes en Caracas y La Habana.

En ámbito económico se promueve la construcción del Banco del ALBA-TCP, con el que se han podido realizar acompañamiento financiero a los pueblos, con el fin de reducir la pobreza y la asimetría.

El ALBA-TCP no ha desmayado ante las adversidades y desastres naturales, por lo que luego del terromoto de Haití del 2010 creo y aplicó un plan de reconstrucción en la esfera económica, social y educativa para ayudar a este pueblo hermano golpeado por las naciones “occidentales”.

También se ha podido articular la red de ALBA Movimientos – que agrupa a organizaciones sociales-, y la red de Casa ALBA Cultural, sedes y espacios para la promoción de nuestros valores identitarios latinoamericanos y caribeños.

De igual forma se han concretado varias ediciones de los Juegos Deportivos del ALBA y se ha podido expandir la red de Emisoras Radio del Sur y la señal de la multiestatal Telesur, estaciones de información contrahegemónica.

Asimismo, durante la pandemia de la Covid-19, se puso en marcha el Fondo Humanitario del ALBA, para la compra de vacunas a los más vulnerables. A esto se suma el programa ALBA Alimentos, para atacar la inseguridad alimentaria; y Transporte ALBA, con el fin de fortalecer las redes comerciales.

El ALBA-TCP “no sólo es una urgencia histórica sino la vía inexorable para hacerle frente a la crisis estructural del capitalismo y, por eso mismo, el instrumento unitario de mayor voluntad política a la hora de actuar en función de la impostergable unidad de Nuestra América”, llegó a decir Chávez en 2009.

Bajo esa premisa, los jefes de Estado y de Gobiernos de los países que hoy integran ese dinámico y poderoso bloque, realizarán en La Habana, Cuba, la XXII Cumbre en la que se revisarán logros y se trazarán nuevas estrategias ante la incesante amenaza imperial que busca dividir a los Pueblos de Nuestra América.

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